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Friday, July 31, 2009

Guardar la Ley:

Jueves 30 de julio
Ustedes [...] recibieron la Ley según fue transmitida por ángeles, pero no la han guardado (Hech. 7:53).
En el siglo primero, los líderes religiosos judíos malinterpretaron el propósito de la Ley. La norma con respecto al sábado es un buen ejemplo (Mar. 3:4-6). Los escribas y los fariseos “[desatendieron] los asuntos de más peso de la Ley, a saber: la justicia y la misericordia y la fidelidad” (Mat. 23:23). A pesar de todo, Jesús no se dio por vencido; continuó proclamando la verdad. Jesucristo era un hombre muy dispuesto. Su amor por las personas lo impulsaba a ayudarlas, y nunca perdió el espíritu evangelizador. Gracias a que fue fiel a Jehová mientras estuvo en la Tierra, “vino a ser responsable de la salvación eterna para todos los que le obedecen”. Además, “por cuanto él mismo ha sufrido al ser puesto a prueba, puede ir en socorro de los que [como nosotros] están siendo puestos a prueba” (Heb. 2:18; 5:8, 9).

La honradez:

Viernes 31 de julio
Deseamos comportarnos honradamente en todas las cosas (Heb. 13:18).
Un rasgo notable de Jesús es que siempre practicaba lo que predicaba. Como los Testigos lo imitamos, nuestra conducta es ejemplar, y así lo reconocen muchas personas. Veamos un ejemplo. A un hombre de negocios de Nueva Zelanda le abrieron el automóvil y le robaron el maletín. Un policía le dijo: “La única posibilidad de recuperar sus pertenencias es que un testigo de Jehová se las encuentre”. Pues bien, una Testigo encontró el maletín. Cuando el dueño, una vez que fue notificado, se presentó en la casa de la hermana, descubrió con alivio que no había desaparecido un documento sumamente importante. La hermana le dijo: “Era mi obligación devolverle sus pertenencias, sobre todo porque soy testigo de Jehová”. El hombre se quedó boquiabierto, pues recordó lo que le habían dicho esa misma mañana.