Translate a otros idiomas

Wednesday, January 28, 2009

Idaho, USA:




Idaho, estado situado en la región de las montañas Rocosas de Estados Unidos; limita al norte con la provincia canadiense de la Columbia Británica, al este con Montana y Wyoming, al sur con Utah y Nevada, y al oeste con Oregón y Washington. Una parte de la frontera oriental de Idaho la forma la Divisoria Continental o cordillera Norteamericana (la cresta de las montañas Rocosas), y el cauce del río Snake constituye parte del límite oeste del estado. Sus principales ciudades son Boise (la capital), Pocatello, Idaho Falls, Nampa, Lewiston y Twin Falls.

Territorio y recursos

Con una superficie de 216.445 km², la altitud del territorio de Idaho varía desde los 216 m en la llanura aluvial del río Snake, en Lewiston, hasta los 3.859 m que alcanza la cima del Borah Peak. La altitud media es de 1.500 metros.

Las principales regiones fisiográficas de Idaho son: las montañas Rocosas al norte, la meseta de Columbia al sur y oeste, y la Gran Cuenca al sureste. Casi los dos tercios septentrionales del estado están ocupados por las montañas Rocosas. En general, la altitud de las cumbres de las cordilleras descienden hacia el noroeste desde la cresta de la cordillera Bitterroot, en la frontera con el estado de Montana. Formada principalmente por jóvenes rocas graníticas, esta región es notable por sus vastas extensiones de bosques.

El área de la meseta de Columbia ocupa gran parte del tercio meridional del estado, así como la frontera septentrional en dirección a Coeur d’Alene. La meseta se formó por la acumulación de corrientes de lava; los suelos que se desarrollaron sobre ella (áridos suelos volcánicos rojizos) son fértiles. El río Snake atraviesa esta región y su llanura, relativamente ancha, que constituye el corazón agrícola de Idaho. Por la parte suroriental del estado se extiende la Gran Cuenca.

Su principal río es el Snake, que, junto a sus afluentes más importantes —el Clearwater, el Salmon, el Payette y el Boise— recorre la zona meridional y central del estado. El Kootenai, el Pend Oreille y el Spokane drenan la parte norte de Idaho. También en el área montañosa del norte se pueden encontrar numerosos lagos naturales.

A pesar de la distancia del océano Pacífico, Idaho posee un clima suavizado por el aire procedente del océano. Los vientos cargados de humedad dan lugar a precipitaciones de hasta 1.270 mm anuales sobre las vertientes occidentales más altas de las Rocosas, la mayor parte en forma de nieve durante el invierno. La llanura del río Snake y la región de la Cuenca y Cordillera son mucho más secas; muchas de sus áreas reciben menos de 254 mm de precipitaciones al año. Los efectos moderadores del aire marino hacen que las temperaturas medias sean en invierno más cálidas y en verano más frescas que las de los estados de las Grandes Llanuras.

El estado es popular por sus bellos bosques de coníferas (especialmente de pinos blancos del oeste) que ocupan las regiones montañosas. El pino amarillo del oeste y el abeto de Douglas crecen a inferior altitud, dando paso al alerce y al pino blanco del oeste y, en alturas superiores, a piceas y abetos. La región de la Gran Cuenca posee una vegetación de bosques de pinos piñoneros y sabinas. La fauna incluye el ciervo de Virginia, el ciervo mulo, el alce, el wapití, la oveja de monte, la cabra montesa, el oso negro, el zorro, la ardilla listada, el arrendajo y el halcón. Otras especies que también se pueden encontrar son los pumas, los coyotes, los conejos y los tejones.

El estado se encuentra entre los primeros productores de plata, antimonio, vanadio y granates, y cuenta con las principales fuentes de fosfatos, plomo, oro y cinc del país.

La agricultura aporta aproximadamente el 10% del producto estatal bruto anual. Idaho está entre los primeros estados en cuanto a la producción de patatas (papas) y el tercero en la de remolacha azucarera. También es importante la cría de ganado, en particular vacuno (ternera), y el cultivo de heno, trigo y cebada.

La industria maderera es notable, sobre todo en el norte del estado. La mayor parte de la producción es de maderas nobles; el abeto de Douglas, el pino ponderosa y el pino blanco son las variedades comerciales más destacadas. Otras industrias importantes son las de alimentos procesados, las papeleras y las químicas.

En 2007, Idaho tenía 1.499.402 habitantes. La población blanca supone el 91%, y la negra, el 0,4%. Son de origen hispano 101.690 habitantes, fundamentalmente mexicanos. Los principales grupos de amerindios son los nez percé y los shoshón.

La primera escuela de Idaho fue fundada alrededor de 1830; era una escuela misionera para los indígenas nativos de este lugar. Hoy, el estado cuenta con varios centros de educación superior.

En gran parte, los lugares de interés histórico del estado se hallan a lo largo de las rutas que siguieron los pioneros en su migración hacia el Oeste, como el camino de Oregón, utilizado en la expedición de Lewis y Clark (1804-1806). Los dos monumentos nacionales más importantes de Idaho son: el Monumento nacional de Cráteres de la Luna, cerca de Arco, y el Hagerman Fossil Bed. El cañón del Infierno, la garganta más profunda de toda Norteamérica, y las cataratas Shoshone, con una caída de 65 m —mayor que la de las cataratas del Niágara— se encuentran en el río Snake.

Las montañas, lagos y corrientes, así como sus vastas regiones naturales hacen de Idaho un lugar ideal para la práctica de actividades al aire libre, como el esquí, la caza, el excursionismo, la acampada, el remo y la pesca. Las estaciones de esquí más importantes son Silver Horn y Sun Valley.

El jefe del ejecutivo es un gobernador, elegido por un periodo de cuatro años. La Constitución no limita el número de periodos que tanto el gobernador como el vicegobernador pueden desempeñar el cargo. En el ámbito nacional, Idaho designa dos senadores y dos representantes para el Congreso de los Estados Unidos.

Historia

La región ocupada hoy día por Idaho pertenecía originalmente al País de Oregón, extenso territorio que fue reclamado por Estados Unidos, Gran Bretaña, España y Rusia durante el primer cuarto del siglo XIX. Los pueblos indígenas que habitaban la región eran los shoshone, los bannock, los nez percé y los kutenai. Los primeros exploradores blancos fueron los estadounidenses Meriwether Lewis y William Clark, que recorrieron estas tierras en 1805 y 1806. A éstos les siguieron los comerciantes de pieles de compañías británicas y estadounidenses. Los británicos tomaron el control absoluto durante la guerra de 1812, pero en 1818 Gran Bretaña permitió a los Estados Unidos ocupar la región. España y Rusia renunciaron a sus demandas sobre el territorio en 1819 y en 1824, respectivamente. La actividad comercial en Idaho se extendió con la construcción en 1834 de Fort Hall, cerca de Pocatello. La rivalidad comercial entre británicos y estadounidenses finalizó en 1846, con la firma del tratado por el que Gran Bretaña y los Estados Unidos reorganizaban la jurisdicción sobre toda la región al sur del
paralelo 49.

En 1861 dio comienzo en Idaho un movimiento migratorio a gran escala, consecuencia del descubrimiento de oro en un afluente del río Clearwater. El 4 de marzo de 1863, el gobierno de los Estados Unidos constituyó el Territorio de Idaho, formado por el actual Idaho, Wyoming, Montana y parte de Dakota del Sur, Dakota del Norte y Nebraska. Las actuales fronteras de Idaho son el resultado de la formación de los Territorios de Montana, en 1864, y de Wyoming, en 1868.

La economía territorial creció constantemente durante el periodo entre 1870 y 1880. La cría de ganado se convirtió en su principal actividad. Se construyeron líneas de ferrocarril y se descubrieron nuevos y ricos yacimientos minerales. Entre 1870 y 1880, varios grupos de indígenas, ofendidos por la invasión de sus antiguos dominios, atacaron las colonias del Territorio de Idaho. Las tropas federales reprimieron estos levantamientos y los indígenas fueron finalmente confinados a las reservas. En 1890, Idaho se convirtió en el estado número 43 de la Unión. Ya entonces era el principal productor de plata y comenzó a desarrollar una importante industria comercial maderera. Los proyectos federales de regadío convirtieron grandes áreas desérticas en tierras de labranza, provocando un gran crecimiento agrícola durante la I Guerra Mundial y la II Guerra Mundial.

En 1951, por primera vez en la historia, una base de pruebas de reactores nucleares generó electricidad a partir de la energía atómica (véase Energía nuclear). A mediados de la década de 1970, la base se había convertido en un importante laboratorio de ingeniería bajo la jurisdicción del departamento de Energía de los Estados Unidos.

Mientras, a causa de la popularidad de las regiones montañosas, como Sun Valley, la industria turística de Idaho experimentó un gran auge, que ha continuado durante la década de 1990 y ha motivado el desarrollo de nuevos centros turísticos.



Montañas Rocosas o Rocallosas:

Montañas Rocosas o Montañas Rocallosas, cadena montañosa del oeste de Norteamérica, que se extiende a lo largo de 3.200 km desde el centro del estado de Nuevo México (Estados Unidos) hasta el noreste de la provincia de Columbia Británica (Canadá). Constituye uno de los principales conjuntos montañosos de todo el subcontinente. Las Grandes Llanuras bordean la vertiente oriental de las Rocosas, mientras que el límite occidental está formado por la Gran Cuenca y el denominado Foso de las Montañas Rocosas, una meseta que se extiende desde el noroeste de Montana hasta el norte de Columbia Británica y que separa la cadena montañosa de las cordilleras que, paralelas, se extiende por su vertiente occidental. Las montañas Rocosas forman parte de la gran divisoria que separa los ríos que desaguan en los océanos Atlántico y Glacial Ártico de los que desembocan en el océano Pacífico. En las Rocosas nacen los siguientes ríos: Arkansas, Colorado, Columbia, Missouri, Bravo (Grande del Norte), Saskatchewan, Fraser, Peace y Snake.

La ciudad de Boise, capital de Idaho:


Boise, ciudad más extensa y capital del estado de Idaho, y sede del condado de Ada, en Estados Unidos.


Se encuentra a orillas del río Boise, en la zona suroccidental del estado.


En ella radican las oficinas centrales de empresas dedicadas a la fabricación de microchips informáticos, y de productos alimenticios y derivados de la madera, así como compañías relacionadas con la construcción y los servicios.


Es el eje económico de la única zona metropolitana de Idaho y provee de servicios financieros, médicos y comerciales a gran parte de la zona meridional de dicho estado, e incluso a la región oriental del de Oregón.


También son vitales para la economía de la ciudad las actividades relacionadas con la administración pública, tanto estatal como federal; así, por ejemplo, debe mencionarse la importancia del National Interagency Fire Center, organismo encargado de coordinar la lucha contra el fuego en Estados Unidos. La ciudad dispone de una terminal aérea que garantiza el transporte por este medio.

Los principales centros de enseñanza de Boise son la Boise State University (1932) y el Bible College of Boise (1945). Entre sus instituciones culturales más notables destacan el Discovery Center of Idaho (que alberga más de 100 exposiciones científicas), el Museo Histórico de Idaho (que exhibe elementos relacionados con las diversas culturas que contribuyeron al desarrollo del estado), el Museo y Centro Cultural Vasco de Idaho (homenaje a la gran contribución realizada por los inmigrantes vascos) y el Museo de Arte de Boise.


La ciudad también posee compañías de ballet y de ópera, y una orquesta filarmónica. Otros puntos de interés son el Capitolio del Estado (1905–1920); la Congregación Beth Israel (1895), la sinagoga más antigua al oeste del Mississippi; el distrito histórico de la avenida de Warm Springs, donde se encuentra el primer hogar americano que utilizó calefacción con agua caliente; la antigua penitenciaría de Idaho, utilizada con tal fin desde 1870 hasta 1973 y que en la actualidad puede ser visitada por los turistas, y un centro natural en el que se pueden conocer los diferentes ecosistemas presentes en el estado. Cada mes de junio se celebra el Festival del Río Boise.

Los intentos de los cazadores de pieles franco-canadienses para colonizar la región a principios del siglo XIX se vieron frustrados por la hostilidad del pueblo shoshón.


Sólo el descubrimiento de oro catalizó el establecimiento de una colonia permanente de colonos blancos, hecho que no se produjo hasta 1863. Pronto se edificó un destacamento militar, Fort Boise, y en sus proximidades nació la ciudad, que creció rápidamente, gracias en parte a su ubicación geográfica, localizada en la encrucijada de la ruta de Oregón y las que se dirigían hacia las minas de oro próximas.


A éstas acudieron muchos inmigrantes chinos, los cuales, hacia 1870, superaban ya en número a los mineros blancos, y que más tarde se convirtieron en granjeros, comerciantes y propietarios de restaurantes.


En 1864 Boise pasó a ser ciudad y capital del Territorio de Idaho, y cuando éste adquirió la condición de estado de la Unión en 1890, Boise conservó la capitalidad. La aprobación de la National Reclamation Act (1902) permitió la construcción del embalse de Arrowrock y facilitó el desarrollo de los cultivos de regadío. Su crecimiento fue todavía mayor cuando, en 1925, la línea férrea Union Pacific incluyó a Boise en su itinerario. A mediados de la década de 1980, el establecimiento de dos grandes plantas de producción de componentes electrónicos relanzó su economía.



Otros factores que contribuyeron al rápido desarrollo de Boise fueron el relativamente bajo coste de vida, la alta calidad de la misma, las ventajas fiscales para las actividades empresariales, y su papel como nudo de comunicaciones de la región. El nombre de la ciudad deriva de la palabra francesa boisé (‘arbolado’), que los tramperos franco-canadienses aplicaron inicialmente al río Boise, a principios del siglo XIX, ya que sus orillas estaban delimitadas por árboles.

Boise tiene 165 km² de superficie, cuya altitud media es 821 m. Población (2006), 198.638 habitantes.

Escrito desde La Habana:


Lokomotiv.
Escrito por Yoani Sanchez
.



Comenzó con un pico y una pala, sembrando los pesados travesaños que soportan las líneas de los trenes. Su padre había sido también ferroviario y un tío logró incluso conducir los vagones, cargados de cañas, hasta el central.


Era muy joven y ya su vida estaba unida al itinerario de una locomotora, con su hilera de coches estridentes y repletos. Pasados algunos años, logró tener –finalmente- un timón entre sus manos y llevar la serpiente metálica por los campos cubanos. Mi padre se hizo maquinista, cumpliendo con una larga estirpe familiar, que llevaba décadas unida al ferrocarril.


Más de una vez, yo misma manejé una de esas máquinas en algún tramo tranquilo, mientras él supervisaba mis movimientos y me enseñaba a tocar el silbato. “Tuvimos trenes antes que España” decía mi abuelo paterno, siempre que alguien le preguntaba sobre su trabajo. Así crecí, oliendo el metal de los frenos que chirriaban en cada parada y dándole cuerda a mi trencito de juguete, rodeado de arbolitos de plástico y vacas en miniatura.


La caída del socialismo en Europa hizo que se descarrilara la profesión familiar. Muchas locomotoras se pararon por falta de piezas, los viajes se hicieron más espaciados y las tardanzas habituales. Salir de La Habana con rumbo a Santiago podía demorar lo mismo veinte horas que tres días.


En algunos pueblos pequeños, los vagones eran asaltados por campesinos necesitados que robaban parte de la mercancía transportada. Los altavoces de la estación central repetían sin cesar: “La salida del tren con destino a… ha sido cancelada”. Mi padre se quedó sin trabajo y sus colegas comenzaron a ganarse la vida en diversas labores ilegales.


De ese accidente no se ha recuperado el ferrocarril en Cuba. Líneas envejecidas, largas colas para comprar un boleto y la caída en desgracia de toda una profesión, han hecho que este medio de transporte goce de la peor de las reputaciones.


“Al ritmo que vamos, dejaremos de tener ferrocarril antes que en la Península” dice mi padre con sorna. Su mirada no está fija en la rueda que comienza a desmontar –en su nueva profesión de ponchero de bicicletas- sino que mira a un punto más allá, a esa mole de hierro que él guió por esta Isla larga y estrecha.

Nota: Tomado del blog de Yoani Sánchez.