Sábado 18 de julio
Hablo estas cosas así como el Padre me ha enseñado (Juan 8:28).
Jesús basó su enseñanza en lo que había aprendido directamente de Jehová y en lo que decían las Santas Escrituras (Luc. 4:16-21). Y nosotros imitamos su ejemplo cuando seguimos su guía y nos basamos en la Palabra de Dios al enseñar. Así, todos hablaremos de lo mismo y tendremos la misma forma de pensar, lo que sin duda fortalecerá nuestra unidad (1 Cor. 1:10). “El esclavo fiel y discreto” suministra publicaciones bíblicas para ayudarnos a impartir la misma enseñanza en todo el mundo y cumplir nuestra comisión de predicar. ¿Verdad que estamos muy agradecidos por ello? (Mat. 24:45; 28:19, 20.) Una de dichas publicaciones es el libro Enseña, editado en 179 idiomas. Estudiar las Escrituras con el libro Enseña puede cambiar la actitud de las personas, incluso de quienes se oponen a nosotros. Durante el año de servicio 2007, los testigos de Jehová dirigieron 6.561.426 estudios bíblicos, muchos de ellos con el libro Enseña. Y usted, ¿está usando esta publicación con sus estudiantes?
Monday, July 20, 2009
Serán testigos:
Domingo 19 de julio
Serán testigos de mí (Hech. 1:8).
El fiel apoyo de las otras ovejas a los ungidos fue predicho por el profeta Isaías, quien escribió: “Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Los trabajadores no retribuidos de Egipto y los mercaderes de Etiopía y los sabeos, hombres de alta talla, se pasarán ellos mismos aun a ti, y tuyos llegarán a ser. Detrás de ti andarán’” (Isa. 45:14). Los cristianos que tienen la esperanza terrenal andan, por decirlo así, detrás de la clase del esclavo y su Cuerpo Gobernante, siguiendo su guía. Como “trabajadores no retribuidos”, las otras ovejas emplean de buena gana sus energías y recursos para apoyar la labor mundial de predicación que Cristo encargó a sus seguidores ungidos en la Tierra (Rev. 12:17). A la vez que apoya a sus hermanos ungidos, la gran muchedumbre está recibiendo preparación para conformar el núcleo de la sociedad humana que vivirá en la Tierra después del Armagedón.
Serán testigos de mí (Hech. 1:8).
El fiel apoyo de las otras ovejas a los ungidos fue predicho por el profeta Isaías, quien escribió: “Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Los trabajadores no retribuidos de Egipto y los mercaderes de Etiopía y los sabeos, hombres de alta talla, se pasarán ellos mismos aun a ti, y tuyos llegarán a ser. Detrás de ti andarán’” (Isa. 45:14). Los cristianos que tienen la esperanza terrenal andan, por decirlo así, detrás de la clase del esclavo y su Cuerpo Gobernante, siguiendo su guía. Como “trabajadores no retribuidos”, las otras ovejas emplean de buena gana sus energías y recursos para apoyar la labor mundial de predicación que Cristo encargó a sus seguidores ungidos en la Tierra (Rev. 12:17). A la vez que apoya a sus hermanos ungidos, la gran muchedumbre está recibiendo preparación para conformar el núcleo de la sociedad humana que vivirá en la Tierra después del Armagedón.
Cristo sufrió:
Lunes 20 de julio
Cristo sufrió por ustedes, dejándoles dechado para que sigan sus pasos con sumo cuidado y atención (1 Ped. 2:21).
Hoy día, millones de personas están deseando vivir para siempre en paz y seguridad en una Tierra hecha un paraíso, y por eso disfrutan de hablar de su esperanza con la gente (Sal. 37:11; 2 Ped. 3:13). ¿Es usted uno de estos evangelizadores? Si así es, ha tomado una excelente decisión. Ahora bien, cada uno de nosotros debería tener siempre presentes las palabras del texto de hoy. ¿No le parece interesante que aquí Pedro resalte los sufrimientos de Jesús, y no el entusiasmo con el que predicaba ni su gran habilidad como maestro? El apóstol sabía de lo que hablaba, pues fue testigo ocular del sufrimiento que Cristo estuvo dispuesto a soportar a fin de someterse a la soberanía de Jehová y demostrar que Satanás es un mentiroso. Y nosotros, ¿cómo podemos seguir los pasos de Jesús? Preguntémonos: “¿Cuánto estoy dispuesto a sufrir para apoyar la soberanía de Jehová? ¿Demuestran mi vida y mi ministerio que para mí lo más importante es defender la soberanía divina?” (Col. 3:17).
Cristo sufrió por ustedes, dejándoles dechado para que sigan sus pasos con sumo cuidado y atención (1 Ped. 2:21).
Hoy día, millones de personas están deseando vivir para siempre en paz y seguridad en una Tierra hecha un paraíso, y por eso disfrutan de hablar de su esperanza con la gente (Sal. 37:11; 2 Ped. 3:13). ¿Es usted uno de estos evangelizadores? Si así es, ha tomado una excelente decisión. Ahora bien, cada uno de nosotros debería tener siempre presentes las palabras del texto de hoy. ¿No le parece interesante que aquí Pedro resalte los sufrimientos de Jesús, y no el entusiasmo con el que predicaba ni su gran habilidad como maestro? El apóstol sabía de lo que hablaba, pues fue testigo ocular del sufrimiento que Cristo estuvo dispuesto a soportar a fin de someterse a la soberanía de Jehová y demostrar que Satanás es un mentiroso. Y nosotros, ¿cómo podemos seguir los pasos de Jesús? Preguntémonos: “¿Cuánto estoy dispuesto a sufrir para apoyar la soberanía de Jehová? ¿Demuestran mi vida y mi ministerio que para mí lo más importante es defender la soberanía divina?” (Col. 3:17).
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