Viernes 17 de julio
Procuraré aniquilar a todas las naciones que vienen contra Jerusalén (Zac. 12:9).
¿Por qué procura Jehová “aniquilar a todas las naciones”? Porque se obstinan en oponerse al Reino mesiánico. Están condenadas a la destrucción por perseguir y maltratar al pueblo de Jehová. Pronto, los agentes terrestres de Satanás lanzarán un ataque final contra los verdaderos siervos de Dios, un ataque que conducirá a la situación mundial que la Biblia llama Har–Magedón (Rev. 16:13-16). En respuesta, el Juez Supremo saldrá en defensa de sus siervos y santificará su nombre ante las naciones (Eze. 38:14-18, 22, 23). Satanás no tiene ningún arma que pueda debilitar la fe o apagar el celo que nos caracterizan. Nuestra paz espiritual, que proviene de conocer el poder salvador de Dios, es “la posesión hereditaria de los siervos de Jehová” (Isa. 54:17). Nadie puede arrebatarnos la paz y prosperidad espiritual que disfrutamos (Sal. 118:6).