► Sábado 20 de junio
El dios de este sistema de cosas ha cegado las mentes de los incrédulos (2 Cor. 4:4).
No deberíamos concluir que “las cosas profundas” tienen que ser cosas difíciles de entender.
Es cierto que este conocimiento está oculto para la mayoría de las personas.
Pero no se debe a que la sabiduría de Dios sea muy difícil de adquirir, sino a que la gente —engañada por Satanás— rechaza la ayuda que Jehová suministra
mediante su organización (1 Cor. 2:10; 2 Cor. 4:3).
El capítulo 3 de la carta de Pablo a los Efesios nos muestra que “las cosas profundas de Dios” abarcan muchas verdades bíblicas bien conocidas por la mayoría de los siervos de Jehová, como la identidad de la Descendencia prometida, el Reino mesiánico y la esperanza celestial de un grupo de personas escogidas de entre la humanidad.
Además, Pablo mencionó su comisión de “hacer ver a los hombres cómo se administra el secreto sagrado que desde el pasado indefinido ha estado escondido en Dios” (Efe. 3:5-9).