LA ATALAYA MAYO DE 2013
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CONSEJOS PARA LAS FAMILIAS
Las familias ensambladas y sus retos
MARGARET, * UNA MADRASTRA DE AUSTRALIA: “La ex esposa de mi marido les decía a sus hijas que no me obedecieran en nada; ni siquiera si les pedía algo tan simple como que se cepillaran los dientes”. Margaret siente que ese afán por dividirlos afectó su matrimonio.
Las familias con hijastros, también conocidas como ensambladas, tienen ante sí un reto muy particular: llevarse bien con quienes las rodean. * Por ejemplo, en la mayoría de los casos hay que hablar con el padre o la madre biológicos sobre temas como los derechos de visita, la manutención o la educación de los niños. * O los parientes y amigos podrían tener dificultades para aceptar a los nuevos miembros de la familia. En todos estos casos, los consejos de la Biblia pueden ser una valiosa herramienta.
CASO 1: LA RELACIÓN CON LA MADRE BIOLÓGICA
Judit, de Namibia, recuerda: “Un día, la madre de mis hijastros les dijo que yo solo era la nueva esposa de su padre y que si teníamos hijos, no serían sus hermanos. Sus palabras me dolieron mucho porque quiero a mis hijastros como si fueran mis propios hijos”.
Los expertos concuerdan en que la relación entre madrastra y madre biológica suele causar mucha fricción en la familia ensamblada. ¿Qué se puede hacer?
Recomendación: fije límites razonables. Si usted, esposa, no deja que su ex esposo participe en la vida de sus hijos, podría hacerles mucho daño. * Recuerde que él también les dio la vida y ocupa un lugar único en su corazón (Proverbios 23:22, 25). Pero si deja que él intervenga demasiado, podría incomodar o hasta irritar a su esposo actual. Sea equilibrada: fíjele límites razonables para proteger su matrimonio, pero colabore con él en la medida de lo posible.
SUGERENCIAS PARA EL PADRE
- Si usted es el que tiene la custodia de sus hijos, concéntrese en ellos cuando hable con su ex esposa; procure no discutir sobre otros asuntos. Quizás podría preguntarle amablemente si sería posible fijar un horario para que ella los llame durante el día. Esto es preferible a que llame a diferentes horas o muy de noche.
- Si usted es el que no tiene la custodia, trate de mantenerse en contacto por teléfono, carta, mensaje de texto o correo electrónico (Deuteronomio 6:6, 7). Incluso hay quienes usan videoconferencias. Sea cual sea el medio, intente comprender los problemas y necesidades de sus hijos y ser una influencia positiva en su vida. Verá que puede hacer más por ellos de lo que se imagina.
SUGERENCIAS PARA LA MADRASTRA
- Sea comprensiva con la madre de los niños y dígale que no está tratando de ocupar su lugar (1 Pedro 3:8). Manténgala al corriente de lo que estos hacen cuando están con usted, pero concentrándose en lo positivo (Proverbios 16:24). Consúltela cuando sea necesario y agradezca cualquier recomendación que le haga.
- Limite las muestras de afecto hacia los niños delante de ella. Beverly, una madrastra de Estados Unidos, dice: “Los niños querían llamarme mamá. Su padre y yo les dijimos que estaba bien, pero solo en casa, no cuando estuvieran con su madre, Jane, o con la familia de ella. Después de eso, la relación entre Jane y yo fue mejor. Incluso nos juntábamos para ayudar a los niños cuando la escuela organizaba obras de teatro o excursiones”.
SUGERENCIAS PARA QUE LA MADRE Y LA MADRASTRA SE LLEVEN BIEN
- Si usted es la madrastra, no hable mal de la madre delante de los niños. Eso los haría sufrir mucho. Además, no sabe cómo ni cuándo repetirán sus palabras (Eclesiastés 10:20). Y si la madre habló mal de usted y los niños se lo cuentan, piense en los sentimientos de ellos, no en los suyos. Podría decirles algo como: “Lamento que hayan tenido que oír eso. Se ve que su mamá estaba enojada, y a veces, cuando uno está enojado, dice cosas así”. Claro, si usted es la madre, estas sugerencias también le ayudarán.
- Procure que las reglas y la disciplina sean las mismas en su hogar que en el de la madre. Si no es posible, dígales lo que usted espera que hagan, pero sin rebajarla a ella. Observe la siguiente situación:Madrastra: Rober, por favor, cuelga tu toalla.Rober: En casa de mi mamá la dejamos tirada en el suelo y ella la cuelga.Madrastra (enojada): Pues te van a convertir en un holgazán.¿No sería mejor una respuesta así?Madrastra (con calma): De acuerdo. Pero aquí cada uno cuelga su toalla.
- Evite programar actividades que interfieran con el tiempo que los niños van a pasar con su madre (Mateo 7:12). Si no puede cambiar la hora, pídale permiso antes de decirles a los niños lo que ha planeado.
¿POR QUÉ NO INTENTA ESTO? La próxima vez que vea a la ex esposa de su marido siga estas sugerencias:
- Mírela a los ojos y sonría. No suspire ni ponga cara de fastidio.
- Salúdela por su nombre.
- Si están en grupo, inclúyala en la conversación.
CASO 2: LA RELACIÓN CON LOS HIJOS ADULTOS
El libro Step Wars, que habla sobre los problemas que surgen cuando una persona con hijos ya adultos se vuelve a casar, cita a una mujer que se queja de que su marido tiende a defender a sus hijos y este no quiere reconocer que la tratan mal. “¡Me saca de quicio!”, exclama. Si le pasa algo así, ¿cómo puede evitar que su matrimonio se vea afectado?
Recomendación: sea comprensiva. La Biblia aconseja: “Que cada uno siga buscando, no su propia ventaja, sino la de la otra persona” (1 Corintios 10:24). Trate de ponerse en el lugar de los demás. Tal vez los hijos de su cónyuge teman perder el cariño de su padre, o piensen que aceptarla a usted es como traicionar a su familia original. Por otra parte, él quizás no quiera llamarles la atención por temor a que se alejen.
La amistad no se puede imponer: debe crecer de manera natural. Presionar o coaccionar a una persona no es la mejor manera de ganarse su cariño (El Cantar de los Cantares 8:4). Lo mejor es que sea realista y razonable sobre la clase de relación que le gustaría tener con sus hijastros.
No diga todo lo que piensa, aunque la traten mal (Proverbios 29:11). Y si siente que le cuesta mucho contenerse, ore a Dios y pídale lo mismo que pidió el rey David: “Pon guardia, sí, oh Jehová, para mi boca; pon vigilancia, sí, sobre la puerta de mis labios” (Salmo 141:3).
Si deciden vivir en la casa en la que se criaron y vivieron los hijos de su esposo, quizás le sorprenda descubrir lo apegados que todavía se sienten a ella. Procure hacer la menor cantidad posible de cambios, sobre todo en sus antiguas habitaciones. También podrían optar por vivir en otra casa.
¿POR QUÉ NO INTENTA ESTO? Si sus hijastros continúan siendo desatentos o irrespetuosos, dígale a su esposo cómo se siente y escuche con atención lo que él piensa. No lo presione para que les llame la atención. Su objetivo debe ser comprenderlo a él y que él la comprenda a usted. Una vez que logren ver la situación con los mismos ojos, podrán hacer algo para mejorarla (2 Corintios 13:11).
CASO 3: LA RELACIÓN CON LOS PARIENTES Y AMIGOS
Marion, una madrastra de Canadá, recuerda: “Mis padres le daban regalos a mi hijo a menudo, pero no a los hijos de mi esposo; así que nosotros procurábamos comprárselos, aunque a veces no teníamos con qué”.
Recomendación: dele prioridad a su nueva familia. Hágales saber a sus parientes y amigos que su nueva familia es muy importante para usted (1 Timoteo 5:8). Aunque no es realista esperar que todos amen automáticamente a los hijos de su esposo, sí puede pedirles que sean amables e imparciales con ellos. Explíqueles que los niños se sentirán heridos si no reciben sus atenciones y muestras de cariño.
Por otra parte, permítales a sus ex suegros conservar el lugar que ocupan en la vida de sus nietos. Susan, una madre de Inglaterra, comenta: “Me volví a casar dieciocho meses después que murió mi esposo, y a sus padres les fue muy difícil aceptar a mi nuevo esposo. La relación mejoró cuando empezamos a incluirlos más en la familia, a hacer que los niños los llamaran y a agradecerles aún más su apoyo”.
¿POR QUÉ NO INTENTA ESTO? Hable con su marido sobre los amigos o familiares con los que la relación sea más tirante y busquen formas de mejorarla.
Llevarse bien con quienes rodean a su familia puede ser todo un reto. Pero si sigue los consejos de la Biblia, los resultados serán positivos, como bien leemos en Proverbios 24:3: “Con sabiduría se edifica la casa [un buen hogar], y con discernimiento resulta firmemente establecida”.
PREGÚNTESE:
- “¿Cómo puedo llevarme mejor con la ex esposa de mi marido?”
- “¿Cómo podemos evitar que los parientes y amigos hieran sin darse cuenta a nuestra familia?”