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¡DESPERTAD! MAYO DE 2014
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Gánele la batalla al estrés
“Me sentía como un ratón corriendo en su rueda sin llegar a ningún lado. Trabajaba dieciséis horas al día y raras veces tenía un fin de semana libre. Me enfurecía no poder ver casi nunca a mi hijita despierta. El estrés estaba acabando conmigo.” (Kari, de Finlandia)
KARI no es el único que se siente así. Según una organización benéfica del Reino Unido para la salud mental, 1 de cada 5 británicos ha enfermado por el estrés laboral, y 1 de cada 4 ha llorado en el trabajo por causa de la tensión. En el 2009, año de crisis económica, hubo un aumento sin precedentes en la venta de antidepresivos.
¿Qué cosas le producen estrés?
- La inseguridad económica y de otros tipos
- Una rutina agotadora
- Los problemas interpersonales
- Una experiencia traumática
¿Cómo le afecta el estrés?
- Problemas de salud
- Desgaste emocional
- Dificultades para dormir
- Depresión
- Deterioro de sus relaciones personales
El estrés activa el asombroso sistema de emergencia del cuerpo, el cual libera hormonas que elevan el ritmo respiratorio, la frecuencia cardíaca y la presión arterial. También aumenta la concentración de glóbulos y glucosa en la sangre. Este conjunto de reacciones prepara al cuerpo para enfrentarse a la fuente de estrés. Una vez que el estrés baja, el cuerpo vuelve a la normalidad, pero si no disminuye, puede provocar tensión crónica; es como si el cuerpo fuera un motor que está siempre acelerado. De modo que, para estar saludables física y mentalmente, tenemos que aprender a manejar el estrés.
Cómo manejar el estrés
El estrés en sí no es malo. La Asociación Americana de Psicología lo compara a la tensión de la cuerda de un violín. Si hay muy poca tensión, el sonido será apagado y desafinado; si hay demasiada, será estridente o la cuerda se romperá. Además comenta: “El estrés puede ser el beso de la muerte o la sal de la vida. La cuestión reside realmente en cómo manejarlo”.
Por otro lado, las personas tienen temperamentos distintos y algunas son más saludables que otras. Lo que le provoca tensión a una persona quizás no afecte a otra. Sin embargo, si su rutina lo tensa tanto que no le permite relajarse ni reaccionar bien ante situaciones difíciles, lo más seguro es que padezca estrés crónico.
Hay quienes recurren a las drogas, el alcohol o el tabaco para “manejar” su estrés. Otros modifican sus conductas alimentarias o pasan mucho tiempo frente al televisor o la computadora. No obstante, nada de esto ataca la raíz del problema; al contrario, podría empeorarlo. Entonces, ¿cuál es la manera correcta de manejar el estrés?
A muchos les han servido los principios de la Biblia. ¿Pueden estos consejos de probada eficacia ayudarle a usted? Para responder a esta pregunta, veamos cuatro fuentes de estrés.
1 LA INSEGURIDAD
La seguridad total no existe. La Biblia dice que “el tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos” (Eclesiastés 9:11). ¿Cómo puede mantener bajo control los sentimientos de inseguridad? Pruebe con estas sugerencias:
- Hable con algún familiar o amigo en el que confíe. Diversos estudios demuestran que el apoyo de los seres queridos nos protege de enfermedades relacionadas con el estrés. Sí, un amigo verdadero “ama en todo tiempo, y es un hermano nacido para cuando hay angustia” (Proverbios 17:17).
- No piense siempre en lo peor; lo único que logrará es desgastarse emocionalmente. Además, lo más probable es que las situaciones terribles que imagina nunca sucedan. Por eso, la Biblia aconseja: “Nunca se inquieten acerca del día siguiente, porque el día siguiente tendrá sus propias inquietudes” (Mateo 6:34).
- Aprovéchese del poder de la oración. “[Echen] sobre [Dios] toda su inquietud —dice 1 Pedro 5:7—, porque él se interesa por ustedes.” Dios demuestra su interés dándonos paz y asegurándonos que nunca nos abandonará si acudimos a él en busca de consuelo y apoyo (Hebreos 13:5; Filipenses 4:6, 7).
2 UNA RUTINA AGOTADORA
Trabajar, estudiar, viajar todos los días, cuidar a los hijos, a los padres... Estas son cosas que suelen disparar el nivel de estrés, y sin embargo tenemos que realizarlas (1 Timoteo 5:8). ¿Qué hacer entonces?
- Trate de encontrar momentos para relajarse y descansar. La Biblia dice: “Mejor es un puñado de descanso que [dos] de duro trabajo y esforzarse tras el viento” (Eclesiastés 4:6).
- Ponga sus prioridades en el orden debido y lleve una vida sencilla (Filipenses 1:10). Si es posible, reduzca sus gastos o pase menos tiempo trabajando (Lucas 21:34, 35).
Kari, mencionado anteriormente, empezó a estudiar la Biblia y eso lo llevó a analizar su vida. “Me di cuenta de que tenía un estilo de vida egoísta”, escribió. Vendió su negocio y consiguió un empleo que le permitía estar más tiempo en casa. Él admite: “Aunque ya no pudimos mantener el nivel de vida que teníamos, mi esposa y yo nos liberamos del estrés. Ahora pasamos más tiempo con nuestros familiares y amigos. No cambiaría la paz que siento por ninguna oportunidad de negocios”.
3 LOS PROBLEMAS INTERPERSONALES
Los problemas con otras personas, especialmente en el lugar de trabajo, pueden generar mucho estrés. Si esto le ocurre, piense en las siguientes sugerencias:
- Cuando alguien lo ofenda, trate de mantener la calma. No le añada leña al fuego. “La respuesta, cuando es apacible, aparta la furia”, dice Proverbios 15:1.
- Intente resolver las diferencias en privado. Trate con dignidad y respeto a la otra persona (Mateo 5:23-25).
- Trate de entender los sentimientos y puntos de vista de quien lo ofendió. Ponerse en los zapatos de la otra persona lo ayudará a calmarse (Proverbios 19:11). También es útil pensar en cómo lo ven los demás.
- Perdone. El perdón es algo hermoso... y una buena medicina. Según un estudio realizado en el 2001, no perdonar aumenta significativamente el ritmo cardíaco y la presión arterial, mientras que hacerlo reduce el estrés (Colosenses 3:13).
4 EXPERIENCIAS TRAUMÁTICAS
Nieng, que vive en Camboya, ha sufrido varias tragedias en su vida. En 1974 fue herida por una bomba que estalló en un aeropuerto. Un año después murieron sus dos hijos, su madre y su esposo. En el 2000 perdió su casa y otras posesiones en un incendio, y tres años más tarde perdió a su segundo esposo. Llegó hasta el punto de pensar en quitarse la vida.
“Mejor es un puñado de descanso que [dos] de duro trabajo”
Afortunadamente, Nieng encontró una manera de hacerle frente a su situación. Al igual que Kari, examinó la Biblia, y lo que aprendió le ayudó tanto que quiso compartirlo con otros. Su historia confirma los hallazgos de un estudio hecho por investigadores británicos en el 2008: para resistir el estrés hay que “hacer cosas por los demás”. Y este es un consejo que se escribió hace mucho en la Biblia (Hechos 20:35).
Nieng también se refugió en la esperanza de un futuro mejor, en el cual todos los problemas de la humanidad serán eliminados y la paz llenará la Tierra (Salmo 72:7, 8).
Para enfrentar los problemas de la vida, acuda a las páginas de la Biblia. Allí encontrará sabios consejos y la esperanza de un futuro mejor. Millones de personas ya se están beneficiando de este libro tan maravilloso. Usted también puede hacerlo.