La trova no se hizo para vivir de ella
El trovador Juan Carlos Pérez celebra este año cuatro décadas de carrera
“Nunca me he planteado la trova ni la canción como una carrera artística, para mí ha sido una actitud ética, una carrera de la vida”, dice Juan Carlos Pérez, un cantautor que durante 40 años ha defendido su propuesta sin hacer concesiones de ninguna índole. “No he perseguido llenar los teatros, ni ser un músico conocido si eso significa traicionar mi manera de interpretar la vida y la realidad a través de la guitarra”, afirma el artista al terminar otra jornada de la peña que realiza cada sábado a partir de las 4:00 p.m. en el Pabellón Cuba, sede nacional de la Asociación Hermanos Saíz.
Si revisamos los archivos de los medios de comunicación cubanos encontraremos muy pocas referencias a la obra de Juan Carlos Pérez, sin embargo, sus canciones gozan de prestigio en el ámbito trovadoresco cubano e internacional.
“Yo no elegí el anonimato porque eso puede ser algo absurdo en cierto modo. En los medios como tal no estoy, pues pienso que mi discurso en general no le interesa a la televisión. En la radio funciona de otra manera. Creo que eso tiene que ver con que la televisión está dirigida a lo que puede ser comercial o rentable, influenciada por los patrones que hay en el mundo sobre lo que vende. En general, la trova no es lo que le interesa a los medios, aunque lo parezca porque en todas las actividades conmemorativas están los trovadores”.
Juan Carlos Pérez, quien integró en la década del 90 la legendaria banda de rock Paisaje con Río, es un músico que va por ahí buscando sus fuentes de inspiración en los pequeños momentos de la vida, en las historias de la gente común y corriente. “Tiempo atrás escribía mucho, escribía en las guaguas, en las esquinas, escribía caminando”. De esa relación raigal con la realidad seguramente nacieron canciones como Hay días, Tema del ángel, Canción del futuro que dan fe de esa difícil vocación de narrar con sinceridad el mundo más inmediato.
Podemos encontrar versiones de sus temas en agrupaciones como Nuestra América, Manguaré y en trovadores como el argentino Pedro Aznar y la brasileña Olga Riveiro; así como los cubanos Samuel Águila, Diego Cano, Heidi Igualada. Entre sus producciones discográficas aparece el disco Participo (EGREM), un concierto en el espacio A guitarra limpia, en el Centro Cultural Pablo de la Torriente y tiene un álbum en espera titulado Alas del cielo con temas como La verdad, Mundo bajo y la Canción de La Habana y mucha poesía que en algún momento reunirá en un libro. Además en el 2012 viajó a España donde participó en un proyecto como parte del cual musicalizó varios sonetos del emblemático poeta asturiano Alfonso Camín.
No son pocos a los que ha llamado la atención sus puntos de contacto con la obra de Santiago Feliú. “El Santi es uno de los músicos que he querido y mucha gente me conectaba con él porque venimos de influencias muy similares, entre ellas el rock. La vida quiso que tuviéramos determinada semejanza en la coloratura de la voz. En los homenajes que se le dedicaron escribí para él una canción llamada Tonada simple. Pienso que fue lindo que la gente nos haya relacionado aunque tocamos muy poco juntos”.
Nacido en La Habana en 1953, Juan Carlos no ha cambiado ni un ápice su mirada sobre lo que significa (o debe significar) ser un trovador. “La trova no se hizo para vivir de ella. La canción de la trova es la que tiene que seguir manteniendo una actitud ética con la gente, con el pueblo. No se puede ser poeta sin vivir como poeta, no se puede ser trovador sin vivir como trovador”.
Si revisamos los archivos de los medios de comunicación cubanos encontraremos muy pocas referencias a la obra de Juan Carlos Pérez, sin embargo, sus canciones gozan de prestigio en el ámbito trovadoresco cubano e internacional.
“Yo no elegí el anonimato porque eso puede ser algo absurdo en cierto modo. En los medios como tal no estoy, pues pienso que mi discurso en general no le interesa a la televisión. En la radio funciona de otra manera. Creo que eso tiene que ver con que la televisión está dirigida a lo que puede ser comercial o rentable, influenciada por los patrones que hay en el mundo sobre lo que vende. En general, la trova no es lo que le interesa a los medios, aunque lo parezca porque en todas las actividades conmemorativas están los trovadores”.
Juan Carlos Pérez, quien integró en la década del 90 la legendaria banda de rock Paisaje con Río, es un músico que va por ahí buscando sus fuentes de inspiración en los pequeños momentos de la vida, en las historias de la gente común y corriente. “Tiempo atrás escribía mucho, escribía en las guaguas, en las esquinas, escribía caminando”. De esa relación raigal con la realidad seguramente nacieron canciones como Hay días, Tema del ángel, Canción del futuro que dan fe de esa difícil vocación de narrar con sinceridad el mundo más inmediato.
Podemos encontrar versiones de sus temas en agrupaciones como Nuestra América, Manguaré y en trovadores como el argentino Pedro Aznar y la brasileña Olga Riveiro; así como los cubanos Samuel Águila, Diego Cano, Heidi Igualada. Entre sus producciones discográficas aparece el disco Participo (EGREM), un concierto en el espacio A guitarra limpia, en el Centro Cultural Pablo de la Torriente y tiene un álbum en espera titulado Alas del cielo con temas como La verdad, Mundo bajo y la Canción de La Habana y mucha poesía que en algún momento reunirá en un libro. Además en el 2012 viajó a España donde participó en un proyecto como parte del cual musicalizó varios sonetos del emblemático poeta asturiano Alfonso Camín.
No son pocos a los que ha llamado la atención sus puntos de contacto con la obra de Santiago Feliú. “El Santi es uno de los músicos que he querido y mucha gente me conectaba con él porque venimos de influencias muy similares, entre ellas el rock. La vida quiso que tuviéramos determinada semejanza en la coloratura de la voz. En los homenajes que se le dedicaron escribí para él una canción llamada Tonada simple. Pienso que fue lindo que la gente nos haya relacionado aunque tocamos muy poco juntos”.
Nacido en La Habana en 1953, Juan Carlos no ha cambiado ni un ápice su mirada sobre lo que significa (o debe significar) ser un trovador. “La trova no se hizo para vivir de ella. La canción de la trova es la que tiene que seguir manteniendo una actitud ética con la gente, con el pueblo. No se puede ser poeta sin vivir como poeta, no se puede ser trovador sin vivir como trovador”.