Juan Juan Almeida: Los espejuelos negros de Raúl Castro
Nota del Bloguista de Baracutey Cubano
Un amigo mio me contó como (no recuerdo si en un congreso del Partido Comunista de Cuba o en unas elecciones en la Asamblea Nacional de Poder Popular de los años 90s ) un hermano suyo que fue delegado a esa elección le contó a él como Raúl Castro tomó el micrófono y ofendido y amenazante lanzó una diatriba contra los delegados porque su hermano Fidel Castro no había alcanzado la unanimidad de los votos y habían otros delegados que habían alcanzado más votos que Fidel.
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Tomado de http://www.martinoticias.com/
Los espejuelos negros de Raúl Castro
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Al parecer el General, igual que su hermano Fidel, usa espejuelos oscuros para protegerse del sol y mantener invisibilidad con los negros.
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Por Juan Juan Almeida
abril 21, 2014
Aunque el artículo 2.1 del Código Penal vigente en la República de Cuba dice “Sólo pueden sancionarse los actos expresamente previstos como delitos en la ley”... la doctrina inoculada por más de cinco décadas logró trastocar en nosotros el concepto de Patria, Nación, Estado, País y Revolución; esto sirvió de apoyatura para decretar que quien ejerza el derecho de criticar públicamente la ineficacia del gobierno, se convierte, por asociación conceptual, en un activista antipatriótico que debe ser reprimido.
Luego, al establecer la palabra “Socialismo” en la letra de nuestra Constitución, se excluyó hacia un peligroso margen anticonstitucional, a cualquier ideología o tendencia diferente.
Causa y efecto. Hoy en Cuba, a los presos por razones políticas, se les incomunica y en ocasiones, las más, se les priva del derecho a recursos legales. Tal es el caso de la joven negra cubana Juliet Michelena Díaz, que guarda prisión solo por ejercer la inocua labor del periodismo independiente ciudadano, ese que nos permite observar la realidad y conturba la empañada transparencia de una prensa gubernamental; que aunque haga fuerza con esfuerzo, continuará por algun tiempo siendo rígida, controlada y censurada.
Mintió soberanamente el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, cuando en la clausura del VIII Congreso de la UNEAC, dijo sin ningún reparo, y descaradamente “Soy enemigo absoluto de la unanimidad”. Por favor, a otro perro con ese hueso.
Olvida el señor Presidente que su palabra puede que sea mandante en la Asamblea Nacional, por ser una institución política, pero no debería ser ni en los juzgados ni en los tribunales. Sin embargo, basados en la honorable función de velar y proteger a la ciudadanía, y parapetados tras la desfachatada excusa de mantener la seguridad del pueblo y el orden público; las autoridades cubanas cometen ilegalidades que les permiten procesar, usando inclusive imputaciones falsas, ya no sólo a las personas que desea sancionar, sino también a familiares y amigos.
Los leguleyos cubanos conocen con exactitud, para eso estudiaron, que la culpabilidad de un recluso es personal e instranferible y que bajo ningún motivo debe ser determinada por asociación, familiaridad o herencia. Incluso cuando se trate de una culpabilidad inventada como el particular caso de la Dama de Blanco Sonia Garro y su esposo Ramón Alejandro Muñoz, que llevan más de dos años encerrados en prisión, sin que les importe, y no pasa nada.
Al parecer el General, igual que su hermano Fidel, usa espejuelos oscuros para protegerse del sol, y mantener invisibilidad con los negros.
Debo aclarar que con este escrito no pretendo ser juez, ni impulsar una oportuna u oportunista cruzada política; sólo quiero hacer patente que mientras más nos alejemos del imperio de la ley, estaremos permitiendo que otro “Don Juan de los Palotes” nos continúe distanciando del camino hacia la democracia, el respeto y la posibilidad real de ejercer nuestros plenos derechos.
Me excuso, no mencioné “Libertad” porque hasta eso es relativo; y además estoy convencido que la libertad perderá su valor cuando pierda los obstáculos.
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Al parecer el General, igual que su hermano Fidel, usa espejuelos oscuros para protegerse del sol y mantener invisibilidad con los negros.
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Por Juan Juan Almeida
abril 21, 2014
Aunque el artículo 2.1 del Código Penal vigente en la República de Cuba dice “Sólo pueden sancionarse los actos expresamente previstos como delitos en la ley”... la doctrina inoculada por más de cinco décadas logró trastocar en nosotros el concepto de Patria, Nación, Estado, País y Revolución; esto sirvió de apoyatura para decretar que quien ejerza el derecho de criticar públicamente la ineficacia del gobierno, se convierte, por asociación conceptual, en un activista antipatriótico que debe ser reprimido.
Luego, al establecer la palabra “Socialismo” en la letra de nuestra Constitución, se excluyó hacia un peligroso margen anticonstitucional, a cualquier ideología o tendencia diferente.
Causa y efecto. Hoy en Cuba, a los presos por razones políticas, se les incomunica y en ocasiones, las más, se les priva del derecho a recursos legales. Tal es el caso de la joven negra cubana Juliet Michelena Díaz, que guarda prisión solo por ejercer la inocua labor del periodismo independiente ciudadano, ese que nos permite observar la realidad y conturba la empañada transparencia de una prensa gubernamental; que aunque haga fuerza con esfuerzo, continuará por algun tiempo siendo rígida, controlada y censurada.
Mintió soberanamente el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, cuando en la clausura del VIII Congreso de la UNEAC, dijo sin ningún reparo, y descaradamente “Soy enemigo absoluto de la unanimidad”. Por favor, a otro perro con ese hueso.
Olvida el señor Presidente que su palabra puede que sea mandante en la Asamblea Nacional, por ser una institución política, pero no debería ser ni en los juzgados ni en los tribunales. Sin embargo, basados en la honorable función de velar y proteger a la ciudadanía, y parapetados tras la desfachatada excusa de mantener la seguridad del pueblo y el orden público; las autoridades cubanas cometen ilegalidades que les permiten procesar, usando inclusive imputaciones falsas, ya no sólo a las personas que desea sancionar, sino también a familiares y amigos.
Los leguleyos cubanos conocen con exactitud, para eso estudiaron, que la culpabilidad de un recluso es personal e instranferible y que bajo ningún motivo debe ser determinada por asociación, familiaridad o herencia. Incluso cuando se trate de una culpabilidad inventada como el particular caso de la Dama de Blanco Sonia Garro y su esposo Ramón Alejandro Muñoz, que llevan más de dos años encerrados en prisión, sin que les importe, y no pasa nada.
Al parecer el General, igual que su hermano Fidel, usa espejuelos oscuros para protegerse del sol, y mantener invisibilidad con los negros.
Debo aclarar que con este escrito no pretendo ser juez, ni impulsar una oportuna u oportunista cruzada política; sólo quiero hacer patente que mientras más nos alejemos del imperio de la ley, estaremos permitiendo que otro “Don Juan de los Palotes” nos continúe distanciando del camino hacia la democracia, el respeto y la posibilidad real de ejercer nuestros plenos derechos.
Me excuso, no mencioné “Libertad” porque hasta eso es relativo; y además estoy convencido que la libertad perderá su valor cuando pierda los obstáculos.