Novela de Ficción inédita “La Violación”.
Por: Diana Margarita Cantón Martinez.
Capítulo: La primera escapada importante:
Mientras más avanzaba en su lectura de los Diarios novelados
de Normita, El Doctor Nadium , menos comprendía su suicidio y ni siquiera su
violación sexual. Todo parecía tan bello!, porque hasta en la parte política y
social del asunto, en cierto sentido,
Juan era otra victima!. Al menos hasta ahora eso le parecía al
joven psiquiatra.
“Después, cuando Juan, casi me la dejó en la mano,
“ porque tenía que regresar a la tierra natal a criar a sus
hijos, a cuidarlos de su mujer medio-loca, que le daba escándalos, le hacía
escenas de celos”, y según él mismo-“hasta la sorprendió una noche regándole
alcohol alrededor de la cama donde dormían y con una caja de fósforos en la mano
derecha para acabar con su existencia”.
Después-cuando para olvidar a Juan- me empaté con un
oriental ingeniero, en algo olvidado por la brevedad, y de nombre-creo que
Antonio, mi amiga, la profesora de Erótica, me cuestionó mucho, a pesar de que
estaba de moda lo de que” un clavo sacaba otro clavo”, pues ella sabía que mi
amado-desamorado:
Nunca se lo conté a Juan ni a casi nadie más, aunque tampoco
me secondi para andar con Tony? por los mismos sitios, incluídos los
naight-clubs del Vedado y exceptuando los hoteles rico? De Centro Habana y los
pocos hoteles en general. Con Tony? no hubo nada profundo ni físico, ni
emocional, ni espiritual, ni siquiera intelectual. No pude llegar muy lejos, ni
con él, ni con nadie, por lo menos en un año de recuperación erótica-tal vez en
más tiempo. Y mi corazón jamás lo volví a entregar por completo-creo que a nadie-lo
hice solo mío y a medias-y lo separé del cuerpo, al igual que mi mente. Mis
futuras entregas siempre serían además con la compañía de ese espectro, de ese
cadáver, de ese amante espiritual, al que siempre seguí fiel y leal, aún en el
más absorbente de mis futuros pasiones y amores-y hasta grandes amores, como
José del Sol, Luis de La Luna y Miguel de las Estrellas, con el que me
despediré de este mundo de desamores y sufrimientos.
La primera escapada con Juan de los Cielos, fue después de
un altercado con él por negarme a que durmiera en mi cuarto de soltera en el
albergue, que yo no lo compartía con nadie, pero estaba casi contiguo al de
otras profesoras y alumnas. Se puso muy enfadado ( bravísimo), y un poco que me
chantajeó emocionalmente:
-Al pasar frente al edificio de 3ra ( mi albergue), me
gritaron groserías respecto a ti y a mi, y me dieron a entender que hay mala
opinion de tu comportamiento moral en las estudiantes.
-Qué te gritaron?-pregunté.
No lo debo escribir. No soporto las obsenidades-ni habladas.!.
Pero por qué me juzgaba y tan a la ligera Juan, tan libre
pensador, tan moderno-si es que realmente escuchó tales improperios?. Por qué no
me invitaba a su albergue y mandaba para la calle a sus amigos que
dormían-claro-en su propio cuarto?.-aunque tampoco yo habría aceptado la
propuesta.
Jamás mezclé mi vida privada, laboral, estudiantil,
profesional. Nunca pude frente a un albergue, en un albergue, en un privado o
cátedra, en un aula, en una escuela, en un sitio tan abierto, públic o y
sagrado para mí desatar mis pasiones.
Lo del Marcelo Salado con Edy había sido de noche, frente a locales u oficinas apagadas y vacías, en la calle, en lo oscuro, no había nadie cerca, no pasó gran cosa, no era mi escuela, no me conocían, nunca hubo evidencias de comentarios de ese tipo sobre mí. Si hubiera sido real, me habrían llamado a capítulo enseguida “los guardianes del sexo”. Y nunca lo hicieron!. Aunque tampoco descarto que las adolescentes, casi de mi edad, o de mi edad, gritaran cosas o se metieran con Juan!.
Lo del Marcelo Salado con Edy había sido de noche, frente a locales u oficinas apagadas y vacías, en la calle, en lo oscuro, no había nadie cerca, no pasó gran cosa, no era mi escuela, no me conocían, nunca hubo evidencias de comentarios de ese tipo sobre mí. Si hubiera sido real, me habrían llamado a capítulo enseguida “los guardianes del sexo”. Y nunca lo hicieron!. Aunque tampoco descarto que las adolescentes, casi de mi edad, o de mi edad, gritaran cosas o se metieran con Juan!.
En otra ocasión mi amante insinuó inseguro e
injustamente que quizás fingía mi
virginidad. Fue realmente el primer hombre con el que viajé a los infinitos
cielos. Pero era Juan un hombre de su tiempo, de su cultura machista, criolla,
rellolla, pese a su Marxismo alemán, ingles y sobre todo ruso.Y quizás esperaba un río de sangre!.
Aquella braveza por lo de mi cuarto duró poco. Ninguno de
los dos pudo soportarla. Me refugié en la Poesía-como siempre-en mi amante
primera desde los doce años. A los pocos días fue a hacer las paces conmigo y
me regaló un poema, el único, el definitivo. Nunca me regaló el de otro poeta
con su firma. En eso fue muy auténtico. Yo le di otro a él, hecho en esos días de dolor, del que se apoderó
Juana de los Caprichos en el terruño, probablemente lo destruyó o se lo llevó a
España consigo alguna vez.
Ya había volado demasiado alto con nuestro hombre común sin
proponérmelo, pero la primera acostada fue días después de escribir el poema.
Por qué nadie me advirtió en cinco o seis meses, ni la profesora Nilda, ni Juana, ni la
Secretaria…., ni nadie?. Creo que mi poema fue quien puso en guardia a Juana de
que su Juan estaba en andanzas amorescentes , buscadas por él insistentemente,
antes que por mí misma. Ya verán cómo ocurrrió todo.