Translate a otros idiomas

Sunday, December 16, 2012

Peligros de la IMPACIENCIA.

¡DESPERTAD! DICIEMBRE DE 2012PUBLICADO EN WWW.j.w.org/es




Los peligros de la impaciencia

REPRODUCIR EN SUPONGA que un conductor viaja por una carretera de doble sentido y llega a un tramo donde está prohibido adelantar. Una mujer conduce el auto que le precede ligeramente por debajo del límite máximo de velocidad. El hombre se impacienta porque le parece que ella va demasiado despacio; así que se arriesga y acerca más su vehículo al de la señora. Tras unos minutos, no aguanta más, acelera a fondo y la adelanta. No solo viola la ley, sino que además se expone a provocar un accidente.



¿Y qué hay de la mujer que no soporta trabajar con compañeros que no son tan rápidos ni tan avispados como ella? ¿O del hombre que no para de apretar el botón del elevador una y otra vez mientras espera? ¿Se impacienta usted a menudo con sus padres ya mayores? ¿O son sus niños los que lo sacan de quicio rápidamente? ¿Se altera con facilidad cuando los demás se equivocan?



Todo el mundo se impacienta en algún momento, pero si perdemos los estribos todos los días, las consecuencias pueden ser nefastas.



Perjudica la salud

Para empezar, la impaciencia está relacionada con la frustración, la irritación y hasta la ira. Estas emociones negativas aumentan el estrés y en consecuencia deterioran nuestra salud. La Asociación Médica Americana publicó un estudio reciente en el que señala a la impaciencia como un factor de riesgo de la hipertensión, incluso entre adultos jóvenes.



Existen otros peligros para la salud asociados a la falta de paciencia; uno de ellos es la obesidad, tal como reveló otro estudio reciente. “Los investigadores han descubierto que las personas ansiosas tienen más probabilidades de ser obesas que las que saben esperar”, informó el periódico The Washington Post. En algunos lugares, la comida rápida es bastante barata y fácil de obtener las veinticuatro horas del día, de modo que muchos consumidores impacientes no pueden resistir la tentación.



Contribuye a que se pospongan las tareas

Según un estudio realizado por el Centro de Investigación de Políticas Económicas, con sede en Londres, la gente impaciente suele dejar siempre las cosas para más adelante. ¿Pudiera ser que se sientan tentados a posponer las tareas que más tiempo consumen porque no tienen paciencia para completarlas? Sea como sea, este hábito puede tener consecuencias negativas para el trabajador y para la economía. Según el diario británico The Telegraph, el profesor Ernesto Reuben afirmó que “la costumbre de demorar las tareas reduce de forma significativa la productividad laboral y supone más gastos para la sociedad, pues [las personas impacientes] posponen indefinidamente el papeleo”.



Incita a la bebida y la violencia

En el periódico británico South Wales Echo se publicó la conclusión a que llegaron los investigadores de la Universidad de Cardiff tras estudiar a centenares de hombres y mujeres: “Es más probable que las personas impacientes se vean implicadas en incidentes nocturnos violentos provocados por la bebida”. El estudio reveló que esta clase de personas “eran más propensas a consumir mucho alcohol y a comportarse con agresividad”.



Es mala consejera

Un grupo de analistas que colaboró con el Centro de Investigación Pew, en Washington D. C., observó que las personas que se dejan llevar por la impaciencia “suelen tomar decisiones rápidas sin meditarlas”. El profesor Ilango Ponnuswami, jefe del Departamento de Trabajo Social de la Universidad de Bharathidasan (India), concluyó algo parecido: “La impaciencia sale cara: puede costarnos dinero, amistades, sufrimientos, etc., por la sencilla razón de que a menudo conduce a malas decisiones”.



Genera problemas económicos

Existe una relación entre la impaciencia y el “aumento del endeudamiento”, afirma la revista Research Review, publicada por el Banco de la Reserva Federal de Boston (Estados Unidos). Piense en unos recién casados que, como desean desde el principio un hogar con todas las comodidades, a pesar de no tener mucho dinero compran la casa, los muebles, el auto y todo lo demás. Por supuesto, a crédito. Esta decisión puede perjudicar su matrimonio. Investigadores de la Universidad de Arkansas (Estados Unidos) dicen que “las parejas que empiezan su matrimonio estando endeudadas son más infelices que las que no tienen deudas o tienen pocas”.



Hay quienes afirman que la impaciencia está detrás de la última recesión económica en Estados Unidos. La revista financiera Forbes sostiene que “la situación del mercado actual es consecuencia de la impaciencia y la avaricia excesivas. Por no esperar, miles de personas se lanzaron a adquirir propiedades más caras de lo que podían permitirse y pidieron prestadas enormes cantidades de dinero que no podrían pagar en muchos años, o quizás nunca”.



Rompe amistades

La impaciencia disminuye nuestra capacidad de comunicarnos. Cuando alguien carece de paciencia para mantener conversaciones significativas, por lo general habla sin pensar. Hasta puede molestarle que otros abran la boca porque no es capaz de esperar a que expresen sus ideas. Por eso quizás los apresure para que acaben sus frases. ¿Cómo? Terminándolas él mismo o buscando cualquier otra forma de acelerar la conversación.



Este tipo de comportamiento puede acabar con la amistad. La doctora Jennifer Hartstein, mencionada en el artículo anterior, comenta: “¿A quién le apetece estar con alguien que se pasa todo el tiempo dando golpecitos con sus dedos sobre la mesa o mirando el reloj vez tras vez?”. Está claro que la impaciencia es un desagradable defecto que termina ahuyentando a los amigos.



Estas son solo algunas de las consecuencias negativas de la impaciencia. El siguiente artículo explica cómo podemos cultivar y conservar la paciencia.