PUBLICADO EN Despertad de Diciembre de 2012.
Tomado de WWW.j.w.org/es y video de You Tube.
¿Qué ha pasado con la paciencia?
REPRODUCIR EN LA IMPACIENCIA no es algo nuevo. Siempre ha habido gente a la que le irrita esperar en un atasco, en una fila o en cualquier otro lugar. Pero algunos especialistas opinan que actualmente somos menos pacientes que antes, y por razones que a usted tal vez le sorprendan.
Ciertos analistas le echan la culpa a la tecnología. Según The Gazette, un diario de Montreal (Canadá), algunos investigadores creen que “la tecnología digital —teléfonos móviles, cámaras, correo electrónico, iPods, etc.— está cambiando nuestras vidas [...]. Los resultados instantáneos que proporcionan estos avances tecnológicos han aumentado nuestro apetito por la gratificación inmediata”.
La doctora Jennifer Hartstein, especialista en psicología familiar, comentó algo que nos hace reflexionar: “Hemos creado la cultura de la gratificación inmediata y esperamos que todo sea rápido, eficaz y a nuestro gusto. Si no sucede así, tendemos a frustrarnos e irritarnos cada vez más, lo cual es un síntoma de impaciencia”. La doctora añadió: “Hemos olvidado el arte de vivir más despacio y saborear el momento”.
Hay quienes piensan que el correo electrónico está perdiendo popularidad y que podría tener los días contados. ¿Por qué? Porque muchos usuarios no soportan tener que esperar horas, ni siquiera minutos, a que les respondan. Además, en este tipo de correo, como en las cartas, lo normal es incluir palabras de introducción y de despedida. Pero muchos opinan que estas formalidades son aburridas y consumen demasiado tiempo; prefieren mensajes instantáneos, ajenos al protocolo de los correos electrónicos. ¡Al parecer ya no hay paciencia ni para teclear un saludo! Otra cosa muy común es enviar lo que se escribió sin detenerse unos minutos a revisarlo. Por eso hay tantas cartas y correos electrónicos que llegan al destinatario incorrecto y que contienen infinidad de erratas y errores gramaticales.
Muchas personas no tienen paciencia para leer un texto impreso de cierta extensión
El ansia de obtener resultados inmediatos no es exclusiva del ámbito de la comunicación digital. La gente parece estar perdiendo su capacidad de esperar en otros campos de la vida. Por ejemplo, ¿hay ocasiones en que usted habla, come, conduce o gasta el dinero muy deprisa? Los pocos instantes que tarda el elevador en llegar, el semáforo en ponerse en verde o la computadora en encenderse a veces se ven como una eternidad.
Los expertos en el tema han observado que muchas personas no tienen paciencia para leer un texto impreso de cierta extensión. ¿A qué se debe? A que están acostumbradas a navegar a gran velocidad por la red saltando de un título a otro y de un recuadro a otro con la esperanza de encontrar lo antes posible justo lo que buscan.
¿Qué ha pasado con la paciencia? Los investigadores no pueden responder a todos los interrogantes sobre las causas de la impaciencia. Eso sí, existen pruebas convincentes de que es perjudicial. Los siguientes artículos analizan cuáles son algunos de sus peligros y cómo ser más pacientes.
Están acostumbradas a navegar a gran velocidad por la red saltando de un título a otro
¿Qué ha pasado con la paciencia?
REPRODUCIR EN LA IMPACIENCIA no es algo nuevo. Siempre ha habido gente a la que le irrita esperar en un atasco, en una fila o en cualquier otro lugar. Pero algunos especialistas opinan que actualmente somos menos pacientes que antes, y por razones que a usted tal vez le sorprendan.
Ciertos analistas le echan la culpa a la tecnología. Según The Gazette, un diario de Montreal (Canadá), algunos investigadores creen que “la tecnología digital —teléfonos móviles, cámaras, correo electrónico, iPods, etc.— está cambiando nuestras vidas [...]. Los resultados instantáneos que proporcionan estos avances tecnológicos han aumentado nuestro apetito por la gratificación inmediata”.
La doctora Jennifer Hartstein, especialista en psicología familiar, comentó algo que nos hace reflexionar: “Hemos creado la cultura de la gratificación inmediata y esperamos que todo sea rápido, eficaz y a nuestro gusto. Si no sucede así, tendemos a frustrarnos e irritarnos cada vez más, lo cual es un síntoma de impaciencia”. La doctora añadió: “Hemos olvidado el arte de vivir más despacio y saborear el momento”.
Hay quienes piensan que el correo electrónico está perdiendo popularidad y que podría tener los días contados. ¿Por qué? Porque muchos usuarios no soportan tener que esperar horas, ni siquiera minutos, a que les respondan. Además, en este tipo de correo, como en las cartas, lo normal es incluir palabras de introducción y de despedida. Pero muchos opinan que estas formalidades son aburridas y consumen demasiado tiempo; prefieren mensajes instantáneos, ajenos al protocolo de los correos electrónicos. ¡Al parecer ya no hay paciencia ni para teclear un saludo! Otra cosa muy común es enviar lo que se escribió sin detenerse unos minutos a revisarlo. Por eso hay tantas cartas y correos electrónicos que llegan al destinatario incorrecto y que contienen infinidad de erratas y errores gramaticales.
Muchas personas no tienen paciencia para leer un texto impreso de cierta extensión
El ansia de obtener resultados inmediatos no es exclusiva del ámbito de la comunicación digital. La gente parece estar perdiendo su capacidad de esperar en otros campos de la vida. Por ejemplo, ¿hay ocasiones en que usted habla, come, conduce o gasta el dinero muy deprisa? Los pocos instantes que tarda el elevador en llegar, el semáforo en ponerse en verde o la computadora en encenderse a veces se ven como una eternidad.
Los expertos en el tema han observado que muchas personas no tienen paciencia para leer un texto impreso de cierta extensión. ¿A qué se debe? A que están acostumbradas a navegar a gran velocidad por la red saltando de un título a otro y de un recuadro a otro con la esperanza de encontrar lo antes posible justo lo que buscan.
¿Qué ha pasado con la paciencia? Los investigadores no pueden responder a todos los interrogantes sobre las causas de la impaciencia. Eso sí, existen pruebas convincentes de que es perjudicial. Los siguientes artículos analizan cuáles son algunos de sus peligros y cómo ser más pacientes.
Están acostumbradas a navegar a gran velocidad por la red saltando de un título a otro