Miércoles 02 de Junio de 2010
Por Duanel Díaz
En su artículo El estilo de la Revolución, escrito en 1934, Jorge Mañach sostenía que el vanguardismo había sido, en los años finales de la década de 1920, una "forma de protesta contra el mundo caduco" que habían establecido los hombres del 95. Hablando en nombre de su generación, aquella que tuvo su bautismo de fuego en la Protesta de los Trece, Mañach comprendía la renovación literaria de aquellos años convulsos como una suerte de sublimación: "Nos emperrábamos contra las mayúsculas porque no nos era posible suprimir a los caudillos, que eran las mayúsculas de la política". El vanguardismo —revuelta contra la academia, moda afrocubana— había limpiado de tal modo un ambiente viciado, en la literatura como la oratoria, por la retórica, que cuando "la mutación política vino, emergieron en los periódicos, en los micrófonos y hasta en los muros de la ciudad gentes que manejaban, en crudo, un nuevo estilo, una sintaxis y a veces un gusto insurgente de las minúsculas". Para Mañach, "la Revolución verdadera, la que sí lleva mayúscula y está todavía por hacer, utilizará como instrumento constructivo, en el orden de la cultura, esos modos nuevos de expresión".
¿Cuál ha sido, podemos preguntarnos ahora, con un ojo en aquel ensayo de Mañach, el estilo de la revolución —de esta otra, la revolución por antonomasia? En mi opinión, ha sido el de la Nueva Trova; ninguna otra manifestación artística encarnó de manera tan plena el espíritu de la Revolución Cubana, llevando su mensaje, a un tiempo político y estético, más allá de las fronteras de la Isla. Como aquellos productos convoyados que vendían en los mercaditos en los ochenta, la Nueva Trova ofrecía amor y revolución, poesía y conciencia social, enlatadas en canciones "inteligentes".
( Cartel de la Nueva Trova.)
Pero, a diferencia de la frustrada revolución cuyo saldo intentaba Mañach, ahora la relación con el estilo es inversa: la Nueva Trova no ha sido, como aquel vanguardismo, "el primer síntoma de la revolución", sino un producto de la misma, en tanto la ha expresado, cantado e idolatrado. Su estilo, sin embargo, es también de vanguardia. "La era está pariendo un corazón / no puede más, se muere de dolor / y hay que acudir corriendo / pues se cae el porvenir": ¿no es ésta una imagen vanguardista, lo que algún teórico de la poesía moderna llamaría "imagen visionaria", como aquellos "peces en el asfalto" imaginados por Oscar, el personaje de Aire frío, que su hermana Luz Marina rechaza por absurdos?
En los sesenta, las imágenes que recuerdan al Vallejo de Trilce o al Neruda de Residencia en la tierra saldrán del espacio minoritario de la poesía, para expresar la sensibilidad antiburguesa de una juventud que se proponía nada más y nada menos que la conquista del paraíso. Aquellos años serían "el pasado del cielo", "cuna de nueva raza", difíciles y heroicos tiempos de transición cuyo dramatismo implicaba por fuerza la violencia; para captar semejante convulsión se necesitaba un lenguaje resplandeciente, pero no con el brillo de joyas como el que fascinaba a los decadentes poetas modernistas, sino con el brillo del machete mambí o las armas de fuego. "La palabra debe ser manejada como una ametralladora", había proclamado en 1959 Baragaño, repitiendo a Breton, y Silvió lo cumplió.
( Silvio Rodríguez.)
Una sensibilidad obsoleta
A pesar del esquematismo, el contraste con el bolero resulta provechoso, pues éste encarna esa sensibilidad que la Nueva Cuba, erigida en vanguardia de la revolución continental, decretó obsoleta. El bolero se opone a la nueva trova como el modernismo al vanguardismo, en tanto ambos constituyen avatares respectivos de aquellas escrituras literarias. Si el bolero, como ha sostenido convincentemente Iris Zavala, populariza los procedimientos de la poesía modernista, justo cuando ésta se ha gastado en la serie de la alta cultura, la la utopía se trueca en melancolía? Pareciera que la Nueva Trova "regresa" al bolero, como los niños civilizados de El señor de las moscas a la horda primitiva. La amada, el Porvenir, se revela gótico fantasma, vana ilusión, mujer fatal; se bebe pues en la copa rota de la revolución. "Lo que yo tanto pretendí / demorará", dice Silvio en Hacia el porvenir (1993); el desencanto ya era visible en el conjuro de Venga la esperanza (1989). Más recientemente, la borradura de la mayúscula inicial de la palabra totémica viene a marcar, simbólicamente, el final de todo un ciclo. De cierto modo, la venganza de las vitrolas.
En su artículo El estilo de la Revolución, escrito en 1934, Jorge Mañach sostenía que el vanguardismo había sido, en los años finales de la década de 1920, una "forma de protesta contra el mundo caduco" que habían establecido los hombres del 95. Hablando en nombre de su generación, aquella que tuvo su bautismo de fuego en la Protesta de los Trece, Mañach comprendía la renovación literaria de aquellos años convulsos como una suerte de sublimación: "Nos emperrábamos contra las mayúsculas porque no nos era posible suprimir a los caudillos, que eran las mayúsculas de la política". El vanguardismo —revuelta contra la academia, moda afrocubana— había limpiado de tal modo un ambiente viciado, en la literatura como la oratoria, por la retórica, que cuando "la mutación política vino, emergieron en los periódicos, en los micrófonos y hasta en los muros de la ciudad gentes que manejaban, en crudo, un nuevo estilo, una sintaxis y a veces un gusto insurgente de las minúsculas". Para Mañach, "la Revolución verdadera, la que sí lleva mayúscula y está todavía por hacer, utilizará como instrumento constructivo, en el orden de la cultura, esos modos nuevos de expresión".
¿Cuál ha sido, podemos preguntarnos ahora, con un ojo en aquel ensayo de Mañach, el estilo de la revolución —de esta otra, la revolución por antonomasia? En mi opinión, ha sido el de la Nueva Trova; ninguna otra manifestación artística encarnó de manera tan plena el espíritu de la Revolución Cubana, llevando su mensaje, a un tiempo político y estético, más allá de las fronteras de la Isla. Como aquellos productos convoyados que vendían en los mercaditos en los ochenta, la Nueva Trova ofrecía amor y revolución, poesía y conciencia social, enlatadas en canciones "inteligentes".
( Cartel de la Nueva Trova.)
Pero, a diferencia de la frustrada revolución cuyo saldo intentaba Mañach, ahora la relación con el estilo es inversa: la Nueva Trova no ha sido, como aquel vanguardismo, "el primer síntoma de la revolución", sino un producto de la misma, en tanto la ha expresado, cantado e idolatrado. Su estilo, sin embargo, es también de vanguardia. "La era está pariendo un corazón / no puede más, se muere de dolor / y hay que acudir corriendo / pues se cae el porvenir": ¿no es ésta una imagen vanguardista, lo que algún teórico de la poesía moderna llamaría "imagen visionaria", como aquellos "peces en el asfalto" imaginados por Oscar, el personaje de Aire frío, que su hermana Luz Marina rechaza por absurdos?
En los sesenta, las imágenes que recuerdan al Vallejo de Trilce o al Neruda de Residencia en la tierra saldrán del espacio minoritario de la poesía, para expresar la sensibilidad antiburguesa de una juventud que se proponía nada más y nada menos que la conquista del paraíso. Aquellos años serían "el pasado del cielo", "cuna de nueva raza", difíciles y heroicos tiempos de transición cuyo dramatismo implicaba por fuerza la violencia; para captar semejante convulsión se necesitaba un lenguaje resplandeciente, pero no con el brillo de joyas como el que fascinaba a los decadentes poetas modernistas, sino con el brillo del machete mambí o las armas de fuego. "La palabra debe ser manejada como una ametralladora", había proclamado en 1959 Baragaño, repitiendo a Breton, y Silvió lo cumplió.
( Silvio Rodríguez.)
Una sensibilidad obsoleta
A pesar del esquematismo, el contraste con el bolero resulta provechoso, pues éste encarna esa sensibilidad que la Nueva Cuba, erigida en vanguardia de la revolución continental, decretó obsoleta. El bolero se opone a la nueva trova como el modernismo al vanguardismo, en tanto ambos constituyen avatares respectivos de aquellas escrituras literarias. Si el bolero, como ha sostenido convincentemente Iris Zavala, populariza los procedimientos de la poesía modernista, justo cuando ésta se ha gastado en la serie de la alta cultura, la la utopía se trueca en melancolía? Pareciera que la Nueva Trova "regresa" al bolero, como los niños civilizados de El señor de las moscas a la horda primitiva. La amada, el Porvenir, se revela gótico fantasma, vana ilusión, mujer fatal; se bebe pues en la copa rota de la revolución. "Lo que yo tanto pretendí / demorará", dice Silvio en Hacia el porvenir (1993); el desencanto ya era visible en el conjuro de Venga la esperanza (1989). Más recientemente, la borradura de la mayúscula inicial de la palabra totémica viene a marcar, simbólicamente, el final de todo un ciclo. De cierto modo, la venganza de las vitrolas.
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Silvio Rodríguez: 'La mayoría de presos políticos deberían estar libres'. Concierto en New York. Conferencia de Prensa.
Tomado de http://www.diariodecuba.net/
Silvio Rodríguez: 'La mayoría de presos políticos deberían estar libres'
Agencias
01 de Junio de 2010
El cantautor Silvio Rodríguez admitió este martes en Nueva York que, a pesar de que los "presos políticos" en Cuba fueron encarcelados por "violar las leyes" del país, deberían estar "ya" en libertad, informó DPA.
"Pienso que los presos políticos deberían estar ya, al menos la mayoría, libres", dijo Rodríguez, que opinó que las penas aplicadas a los presos por parte del gobierno fueron "demasiado duras".
A la vez, pidió que se liberasen los cinco espías que cumplen altas condenas de cárcel en Estados Unidos, y que el régimen llama los "cinco héroes". Para Rodríguez, éstos recibieron "condenas completamente absurdas" en procesos judiciales "con muchas irregularidades".
El cantautor hizo estas declaraciones en una rueda de prensa celebrada en Nueva York, donde empezará el viernes su primera gira en Estados Unidos en 30 años.
Rodríguez se alegró de regresar a Estados Unidos, tras haberle concedido el visado hace un par de semanas, después de que le fuera negado con anterioridad en varias ocasiones, por última vez en mayo de 2009.
"Realmente había perdido la fe", indicó el artista recordando que la anterior vez, en 2009, insistió "mucho", pero sin suerte aunque reconoció que se "pidió con mucha premura".
"Estoy muy contento de poder regresar a Estados Unidos". "Es un país que, aunque muchos no lo crean, admiro en muchas direcciones".
Sobre la política que hay ahora en la Casa Blanca con Barak Obama, el artista valoró que "sin duda ha cambiado un poco", pero lamentó que sólo lo haya hecho volviendo "justo antes de la época (George W.) Bush". "No ha avanzado más". "Es una pena", apuntó.
Para Silvio Rodríguez la situación que hay entre Cuba y Estados Unidos "debería terminar", porque duró "demasiado tiempo". "Sería muy importante levantar el bloqueo". Sobre todo, afirmó, por el replanteamiento que supondría "para la vida interna" de los cubanos.
A pesar de ello, el artista reconoció que Obama "tiene las manos llenas de cosas", como muchos problemas en el frente como el económico. Aunque, añadió, "sería bueno que le dedicara de vez en cuando un pedacito a Cuba".
Mientras pidió un mayor avance desde la Casa Blanca en las relaciones con Cuba, también pidió cambios en la política cubana. "Yo sigo creyendo en la revolución, pero en algunos aspectos ha envejecido". En este sentido, reiteró, como en otras ocasiones, la necesidad de que se elimine la "erre" de "Revolución" para que se vaya a la "Evolución", tanto política, dijo, como social.
"No se puede detener la evolución", afirmó.
Sobre el caso del activista cubano en huelga de hambre Guillermo Fariñas, Rodríguez dijo "respetar mucho a esa persona", pero añadió que "esto lo está usando la derecha española para que España cambie la postura de la Unión Europea respecto a Cuba".
Después del concierto del viernes, Rodríguez ofrecerá, tras la buena respuesta recibida, una segunda actuación en la Gran Manzana el 10 de junio. Luego viajará a California donde actuará en Oakland, el 12 de junio, y en Los Ángeles, el 17. El 19 del mismo mes estará en Washington y, el 23, en Orlando, Florida.
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Silvio Rodriguez Concierto en New York 1. Conferencia de Prensa.
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Silvio Rodriguez Concierto en New York 2. Conferencia de Prensa.
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Silvio Rodriguez Concierto en New York 3. Conferencia de Prensa.
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