“El gran día de Jehová está cerca. Está cerca, y [procede a] apresurarse muchísimo.” (SOFONÍAS 1:14.)
EL GRAN día de Jehová no es un día de veinticuatro horas. Es un período más amplio en el que se ejecuta el juicio divino contra los malvados. Estos tienen razones para temerlo, pues será un día de oscuridad, furor, cólera ardiente, angustia y desolación (Isaías 13:9; Amós 5:18-20; Sofonías 1:15). “¡Ay del día —exclama el profeta Joel—; porque el día de Jehová está cerca, y como despojo violento del Todopoderoso vendrá!” (Joel 1:15.) No obstante, durante ese gran día, Dios será el Salvador de “los rectos de corazón” (Salmo 7:10).
2 La Biblia utiliza la expresión “día de Jehová” para referirse a distintas ocasiones en las que Dios ha ejecutado su juicio. Por ejemplo, a los residentes de Jerusalén les sobrevino un “día de Jehová” cuando cayeron en manos de los babilonios, en el 607 antes de nuestra era (Sofonías 1:4-7). Una ejecución similar del juicio divino ocurrió en el año 70 de nuestra era cuando Dios utilizó a los ejércitos romanos para castigar a la nación judía, que había rechazado a su Hijo (Daniel 9:24-27; Juan 19:15). Pero la Biblia predice que habrá otro “día de Jehová”, un período en el que “guerreará contra [todas las] naciones” (Zacarías 14:1-3). Por inspiración divina, el apóstol Pablo relacionó ese día con la presencia de Cristo, que comenzó con la coronación de Jesús como Rey celestial en 1914 (2 Tesalonicenses 2:1, 2). Con el día de Jehová asomando en el horizonte, ha sido muy oportuno que nuestro texto del año 2007 se haya tomado de Sofonías 1:14, que dice: “El gran día de Jehová está cerca”.
3 Dado que ese gran día está cerca, ahora es el momento para que usted demuestre que está listo. ¿Cómo puede prepararse para ese día? ¿Hay algo en lo que necesite mejorar?
Demuestre estar listo
4 En su profecía sobre la conclusión del sistema de cosas, Jesucristo exhortó a sus discípulos: “Demuestren estar listos” (Mateo 24:44). Cuando Jesús hizo esta declaración, él mismo estaba listo para una gran prueba: sacrificar su vida por nosotros (Mateo 20:28). ¿Cómo se preparó Jesús, y qué nos enseña su ejemplo?
5 Jesús amaba de todo corazón a Jehová y sus justas normas. Hebreos 1:9 dice de Jesús: “Amaste la justicia, y odiaste el desafuero. Por eso Dios, tu Dios, te ungió con el aceite de alborozo más que a tus socios”. Jesús se mantuvo leal a su Padre celestial porque lo amaba. Si sentimos por Dios un amor semejante y vivimos de acuerdo con sus principios, él nos protegerá (Salmo 31:23). Tal amor y obediencia nos preparan para el gran día de Jehová.
6 El amor por las personas fue un rasgo sobresaliente de la personalidad de Jesús. Efectivamente, “se compadeció de ellas, porque estaban desolladas y desparramadas como ovejas sin pastor” (Mateo 9:36). Por eso les predicó las buenas nuevas. En nuestro caso, también es el amor lo que nos impulsa a declarar el mensaje del Reino. El amor a Dios y al prójimo nos ayuda a perseverar en nuestro ministerio y a estar listos para el gran día de Jehová (Mateo 22:37-39).
7 Para Jesús, obedecer a su Padre era un placer (Salmo 40:8). Si tenemos su misma disposición obediente e imitamos su generosidad, seremos felices al servir a Dios (Hechos 20:35). En efecto, “el gozo de Jehová es [una] plaza fuerte” que nos protege y nos permite estar mejor preparados para el gran día de Dios (Nehemías 8:10).
8 Las oraciones fervientes a Dios prepararon a Jesús para las pruebas de fe que afrontaría. De hecho, cuando Juan lo bautizó, Jesús estaba orando, y antes de seleccionar a sus apóstoles, pasó toda la noche hablando con su Padre (Lucas 6:12-16). ¿Acaso no nos conmovemos al leer en la Biblia las sinceras oraciones de Jesús en su última noche en la Tierra? (Marcos 14:32-42; Juan 17:1-26.) Y usted, ¿le da a la oración la misma importancia? Acérquese con frecuencia a Jehová y tómese todo el tiempo necesario. Pida la guía del espíritu santo y, en cuanto la perciba, acéptela. Una relación sólida con nuestro Padre celestial es vital en estos tiempos críticos en los que el gran día de Dios se acerca con rapidez. Sin falta, pues, acerquémonos aún más a Jehová mediante la oración (Santiago 4:8).
9 El interés de Jesús por la santificación del sagrado nombre de Jehová también le ayudó a estar listo para las pruebas futuras. De hecho, enseñó a sus discípulos a orar: “Santificado sea tu nombre” (Mateo 6:9). Si de verdad deseamos que el nombre de Dios se santifique, o se tenga por sagrado, nos esforzaremos por no deshonrarlo de ninguna manera. De ese modo estaremos mejor preparados para el gran día de Jehová.
¿Necesita mejorar en algo?
10 Si el día de Jehová llegara mañana, ¿de verdad estaría listo? Todos deberíamos analizar nuestra vida y comprobar si hay actitudes o conductas que tengamos que cambiar. Dada la brevedad e incertidumbre de esta vida, todos los días debemos esforzarnos por estrechar nuestra relación con Jehová (Eclesiastés 9:11, 12; Santiago 4:13-15). Con este fin, analicemos algunos aspectos que tal vez requieran nuestra atención.
11 Un aspecto importante es la recomendación del “esclavo fiel” de que leamos la Biblia diariamente (Mateo 24:45). Quizás podría proponerse leer en un año las Escrituras de principio a fin, dándose tiempo para meditar. Leyendo unos cuatro capítulos por día, en un año completará sus 1.189 capítulos. Los reyes de Israel debían leer la Ley de Jehová “todos los días de su vida”, y seguramente Josué hizo lo mismo (Deuteronomio 17:14-20; Josué 1:7, 8). ¡Qué importante es que los pastores espirituales lean a diario la Palabra de Dios! Esto, sin duda, les ayudará a impartir “la enseñanza saludable” (Tito 2:1).
12 La proximidad del día de Jehová debería motivarle a asistir con regularidad a las reuniones cristianas y a participar en ellas tanto como pueda (Hebreos 10:24, 25). De este modo podrá afinar sus habilidades como un predicador del Reino que busca a las personas de buen corazón para ayudarlas (Hechos 13:48). Puede que también desee cooperar más con la congregación de otras formas, quizá ayudando a los mayores y animando a los jóvenes. ¡Qué feliz se sentirá al hacerlo!
Su relación con los demás
13 Ya que el día de Jehová es inminente, es posible que deba hacer un mayor esfuerzo por “vestirse de la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad” (Efesios 4:20-24). A medida que cultive las cualidades cristianas, probablemente los demás se den cuenta de que usted está ‘andando por espíritu santo’ y manifestando su fruto (Gálatas 5:16, 22-25). ¿Puede mencionar algo en concreto que sea prueba de que usted y su familia se han vestido de la nueva personalidad? (Colosenses 3:9, 10.) Por ejemplo, en la congregación y fuera de ella, ¿se le conoce por sus acciones bondadosas? (Gálatas 6:10.) El estudio regular de las Escrituras le permitirá desarrollar cualidades cristianas como estas y así estar preparado para el día de Jehová.
14¿Qué puede hacer si tiene mal genio y se da cuenta de que necesita más autodominio? Esta cualidad es parte del fruto que el espíritu santo puede producir en usted. Por lo tanto, pídale a Jehová su espíritu. Recuerde que Jesús dijo: “Sigan pidiendo, y se les dará; sigan buscando, y hallarán; sigan tocando, y se les abrirá [...;] si ustedes, aunque son inicuos, saben dar buenos regalos a sus hijos, ¡con cuánta más razón dará el Padre en el cielo espíritu santo a los que le piden!” (Lucas 11:9-13).
15 Supongamos que existe una relación tensa entre otro cristiano y usted. Si así fuera, haga cuanto pueda por zanjar las diferencias, pues de ese modo fomentará la paz y la unidad en la congregación (Salmo 133:1-3). Siga la exhortación de Jesús de Mateo 5:23, 24 o la de Mateo 18:15-17, según sea el caso. Si el Sol ya se ha puesto y usted todavía está enojado, no espere más para solucionar el problema. A menudo, lo único que se necesita es querer perdonar. Pablo escribió al respecto: “Háganse bondadosos unos con otros, tiernamente compasivos, y perdónense liberalmente unos a otros, así como Dios también por Cristo liberalmente los perdonó a ustedes” (Efesios 4:25, 26, 32).
16 Los casados deben ser “tiernamente compasivos” y perdonarse siempre que sea preciso. Si usted necesita ser más cariñoso y compasivo con su cónyuge, esfuércese por lograrlo buscando la guía de Dios y su Palabra. A fin de mejorar la relación y de evitar la infidelidad, ¿hay algo que deba hacer para cumplir con 1 Corintios 7:1-5? Sin duda este es un aspecto en el que los cónyuges necesitan ser “tiernamente compasivos”.
17 ¿Y si uno ha cometido algún pecado grave? Si ese es su caso, actúe con urgencia. No dude en pedir ayuda a los ancianos cristianos, pues sus oraciones y los consejos que le ofrezcan contribuirán a que recobre su salud espiritual (Santiago 5:13-16). Ore arrepentido a Jehová, pues de lo contrario se sentirá culpable y le atormentará la conciencia. Así se sintió David; sin embargo, ¡qué alivio experimentó cuando confesó su pecado a Jehová! Él mismo escribió: “Feliz es aquel cuya sublevación le es perdonada, cuyo pecado le es cubierto. Feliz es el hombre en cuya cuenta Jehová no imputa error, y en cuyo espíritu no hay engaño” (Salmo 32:1-5). Así es, Jehová perdona a quienes se arrepienten de todo corazón (Salmo 103:8-14; Proverbios 28:13).
Permanezca alejado del mundo
18 No hay duda de que usted anhela el maravilloso nuevo mundo que nuestro Padre celestial ha prometido. Pero ¿qué piensa de este mundo, es decir, de la sociedad humana injusta alejada de Dios? Satanás, “el gobernante de este mundo”, no pudo con Jesucristo (Juan 12:31; 14:30). Y está claro que usted no desea que el Diablo y su mundo lo controlen. Por consiguiente, tome muy en serio las palabras del apóstol Juan: “No estén amando ni al mundo ni las cosas que están en el mundo”. Esto es lo mejor que puede hacer, pues “el mundo va pasando, y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2:15-17).
19 Padres, ¿están ayudando a sus hijos a “mantenerse sin mancha del mundo”? (Santiago 1:27.) Al igual que un pescador enrolla el hilo para atraer hacia sí a un pez, a Satanás le encantaría atraer a sus hijos, y para ello utiliza varios métodos. Existen agrupaciones y otras organizaciones concebidas para que los jóvenes encajen en el mundo de Satanás. Sin embargo, los siervos de Jehová ya pertenecemos a la única organización que resistirá el fin de este malvado sistema de cosas. De modo que todos debemos animar a los jóvenes cristianos a tener “mucho que hacer en la obra del Señor” (1 Corintios 15:58). Y los padres cristianos, en particular, tienen que ayudar a sus hijos a fijarse metas que los preparen para el día de Jehová. Solo así disfrutarán de una vida feliz y gratificante que honre a Dios.
Mire más allá del gran día de Jehová
20 Usted podrá esperar el día de Jehová sin impacientarse si mantiene viva en su mente la esperanza de la vida eterna en el Paraíso (Judas 20, 21). Sin duda usted anhela estar allí, disfrutando del vigor de la juventud y con toda una eternidad para alcanzar metas que honren a Jehová y para aprender más de él. En realidad, podremos seguir aprendiendo acerca de Dios para siempre, pues por ahora solo conocemos “los bordes de sus caminos” (Job 26:14). ¡Qué futuro tan emocionante!
21 En el Paraíso, los resucitados podrán darnos detalles que ahora desconocemos. Allí estará Enoc, que nos explicará cómo reunió el valor para declarar el mensaje de Jehová a los impíos (Judas 14, 15). No hay duda de que Noé nos contará todo lo que supuso construir el arca. Abrahán y Sara nos revelarán cómo se sintieron al abandonar Ur y vivir en tiendas. Imagínese a Ester relatando con todo lujo de detalles cómo defendió a su pueblo y frustró el complot de Hamán (Ester 7:1-6). Y a Jonás recordando los tres días que pasó en el vientre del gran pez, o a Juan el Bautista diciéndonos lo que sintió cuando bautizó a Jesús (Lucas 3:21, 22; 7:28). ¡Cuántas cosas interesantes descubriremos!
22 Durante el Reinado de Mil Años de Cristo, tal vez usted tenga la dicha de enseñar a algunos resucitados “el mismísimo conocimiento de Dios” (Proverbios 2:1-6). Hoy nos emociona ver a personas que adquieren conocimiento de Jehová Dios y actúan en consecuencia. Pues bien, imagínese la alegría que tendrá cuando Jehová bendiga sus esfuerzos por enseñar a personas de épocas pasadas y estas respondan con un corazón lleno de agradecimiento.
23 Las bendiciones que los siervos de Jehová ya disfrutamos son tantas que nuestra mente imperfecta no alcanza a enumerarlas ni a comprenderlas del todo (Salmo 40:5). Nos sentimos particularmente agradecidos a Jehová por sus dádivas espirituales (Isaías 48:17, 18). Por eso, sin importar nuestras circunstancias, prestemos servicio sagrado de todo corazón mientras aguardamos el gran día de Jehová.
¿Cuál es su respuesta?
• ¿Qué es “el día de Jehová”?
• ¿Cómo puede usted demostrar que está preparado para el día de Jehová?
• Puesto que el gran día de Dios está tan cerca, ¿qué cambios tal vez tengamos que hacer?
• ¿Qué le gustaría hacer cuando el día de Jehová haya pasado?
[Preguntas del estudio]
1-3. a) ¿Qué dice la Biblia sobre el día de Jehová? b) ¿Qué “día de Jehová” asoma en el horizonte?
4. ¿Para qué gran prueba se preparó Jesús?
5, 6. a) ¿Cómo nos ayuda el amor a Dios y al prójimo a estar preparados para el día de Jehová? b) ¿Qué ejemplo de amor por los demás nos dio Jesús?
7. Mientras llega el día de Jehová, ¿por qué podemos ser felices?
8. ¿Por qué debemos acercarnos a Jehová mediante la oración?
9. ¿Por qué debemos interesarnos por la santidad del nombre de Jehová?
10. ¿Por qué es bueno que analicemos nuestra vida?
11. En cuanto a la lectura de la Biblia, ¿qué objetivo se ha propuesto usted?
12. ¿Qué debería hacer en vista de la proximidad del día de Jehová?
13. En cuanto a vestirnos de la nueva personalidad, ¿qué podríamos preguntarnos?
14. Si deseamos cultivar autodominio, ¿por qué debemos pedir espíritu santo?
15. ¿Qué se espera que hagamos si tenemos una relación tensa con otro cristiano?
16. ¿En qué aspectos necesitan los cónyuges ser “tiernamente compasivos”?
17. ¿Qué pasos debe dar alguien que ha pecado gravemente?
18. ¿Cómo debería usted considerar al mundo?
19. ¿Qué clase de metas animamos a los jóvenes cristianos a fijarse?
20. ¿Por qué debemos mantener viva en nuestra mente la esperanza de la vida eterna?
21, 22. ¿Qué aprenderemos de los resucitados, y qué les enseñaremos?
23. ¿Cuál debe ser nuestra resolución?
[Ilustración de la página 12]
Jesús demostró estar listo para las pruebas
[Ilustración de la página 15]
Será maravilloso ayudar a los resucitados a conocer a Jehová.
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