Miércoles 24 de junio
Constituiré a tu descendencia como las partículas de polvo de la tierra (Gén. 13:16).
A Abrahán se le prometió que su descendencia se multiplicaría y sería “como las estrellas de los cielos” (Gén. 22:17).
Dicho de otro modo, en tiempos de Abrahán ningún ser humano tenía forma de saber exactamente cuántas personas compondrían dicha descendencia espiritual.
No obstante, con el tiempo se reveló la cantidad precisa: 144.000, además de Jesús (Rev. 7:4; 14:1). La Palabra de Dios dice:
“[Abrahán] puso fe en Jehová; y él procedió a contárselo por justicia” (Gén. 15:5, 6). Es verdad que ningún ser humano es totalmente justo (Sant. 3:2).
Pero como Abrahán tenía tanta fe, Jehová lo consideró justo e incluso dijo que era su amigo (Isa. 41:8). Quienes componen junto con Jesús la descendencia espiritual de Abrahán también han sido declarados justos, y esto les reporta bendiciones aún mayores que las que recibió Abrahán.
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