Jueves 2 de abril
Sigue reteniendo el modelo de palabras saludables que oíste de mí (2 Tim. 1:13).
El conocimiento de "las cosas profundas de Dios" nos da fuerzas para resistir la tentación de pecar y nos motiva a ser "celoso[s] de obras excelentes" (1 Cor. 2:10; Tito 2:14). Ahora bien, para entender cosas profundas hay que estudiar. No basta con leer una información superficialmente; hay que leerla con detenimiento tratando de ver cómo complementa lo que ya sabemos. Tenemos que captar las razones de lo que se dice. Cuando estudiamos la Biblia, también hemos de reflexionar en cómo emplearemos lo aprendido para tomar buenas decisiones y ayudar al prójimo. Y dado que "toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa", nuestro estudio debe abarcar "toda expresión que sale de la boca de Jehová" (2 Tim. 3:16, 17; Mat. 4:4). Es cierto que el estudio de la Biblia va a exigir mucho esfuerzo, pero también puede convertirse en un verdadero placer. Además, entender "las cosas profundas de Dios" no es tan difícil.
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