Viernes 3 de abril
Dios juzgará a los fornicadores y a los adúlteros (Heb. 13:4).
Para entender que este versículo desaprueba el adulterio, no hace falta ser cristiano, o ni siquiera conocer lo más mínimo la Biblia. Es evidente que Dios condena las relaciones sexuales entre una persona casada y otra que no sea su cónyuge. Ahora bien, ¿qué puede decirse de que dos personas solteras practiquen el sexo oral? Muchos adolescentes afirman que es algo inofensivo, pues no consideran que sea una relación sexual. Hebreos 13:4 y 1 Corintios 6:9 dejan claro que Dios desaprueba tanto el adulterio como la fornicación. ¿Qué abarca este último término? En griego se utiliza la palabra pornéia, que se refiere a cualquier acto sexual ilícito, es decir, a todo acto donde se emplean los órganos genitales con fines eróticos, sea de forma natural o pervertida, y fuera del marco de un matrimonio válido a los ojos de Dios. Así pues, aunque muchos jóvenes de todo el mundo hayan oído o llegado a creer que no hay nada malo en tener sexo oral, en realidad es una de las prácticas incluidas en la fornicación.
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