Me enamoró la Poesía
y del tiro
o quizás antes
olvidé la Geometría, el Algebra
y casi que hasta la Aritmética.
Insensata, indiscreta, necia,
sin juicio,imprudente, confusa,
ahogado el talento, mala en los negocios
y ganancias, inicua, indolente, indiligente
olvidé los aceites, las lámparas y el humo
y los incienzos.
Y el novizgo y la boda
se quedaron en eso:
la sombra de lo sueños,
pérdida de identidad
sin huesos sanos ni rotos,
ni torres, ni cristales,
ni marfiles, ni elefantes,
ni estatuas, ni palabras.
Después de los sesenta
ni cóncavos ni convexos,
ni simétricos, ni eréctiles, ni dúctiles.
En las curvas, en los puentes
de la muerte
a veces me asalta todavía
y la primavera sige Hermosa
y los naranjales
son la vieja promesa
de las piedras
de Idilio inacabado,
incomenzado, irrepetible.
Entonces vamos por los atajos
de delicias de ganarle al tiempo
la partida de naipes y las fichas
en la manquedad del amor
y las caricias que detienen
el tráfico lento entre las flores
del nublado paisaje
amaneciendo entre
sus Fuertes brazos ausentes.
Escrito frente al mar en Encinitas, hermoso en el inconveniente de un manecer mundanal.
y del tiro
o quizás antes
olvidé la Geometría, el Algebra
y casi que hasta la Aritmética.
Insensata, indiscreta, necia,
sin juicio,imprudente, confusa,
ahogado el talento, mala en los negocios
y ganancias, inicua, indolente, indiligente
olvidé los aceites, las lámparas y el humo
y los incienzos.
Y el novizgo y la boda
se quedaron en eso:
la sombra de lo sueños,
pérdida de identidad
sin huesos sanos ni rotos,
ni torres, ni cristales,
ni marfiles, ni elefantes,
ni estatuas, ni palabras.
Después de los sesenta
ni cóncavos ni convexos,
ni simétricos, ni eréctiles, ni dúctiles.
En las curvas, en los puentes
de la muerte
a veces me asalta todavía
y la primavera sige Hermosa
y los naranjales
son la vieja promesa
de las piedras
de Idilio inacabado,
incomenzado, irrepetible.
Entonces vamos por los atajos
de delicias de ganarle al tiempo
la partida de naipes y las fichas
en la manquedad del amor
y las caricias que detienen
el tráfico lento entre las flores
del nublado paisaje
amaneciendo entre
sus Fuertes brazos ausentes.
Escrito frente al mar en Encinitas, hermoso en el inconveniente de un manecer mundanal.