Lo rosado del árbol ya se va
( No la montaña).
(No el camino).
Y el cuello y el brazo
casi espantan.
La cabeza del pino
se desviste
cada vez más sola
y más ausente.
Los pródigos poemas
se revelan
y salen de páginas borrosas
venciendo el rubor,
las dentelladas.
El otoño relata sus torpezas
y el ébola no es cólera,
ni dengue, ni otra cosa.
Se arruga el amor,
mas prevalece
su finita tendencia
en los humanos.
Escrito en Escondido, California, el 30 de octubre de 2014.
( No la montaña).
(No el camino).
Y el cuello y el brazo
casi espantan.
La cabeza del pino
se desviste
cada vez más sola
y más ausente.
Los pródigos poemas
se revelan
y salen de páginas borrosas
venciendo el rubor,
las dentelladas.
El otoño relata sus torpezas
y el ébola no es cólera,
ni dengue, ni otra cosa.
Se arruga el amor,
mas prevalece
su finita tendencia
en los humanos.
Escrito en Escondido, California, el 30 de octubre de 2014.