Soy aquel lago imposible
en las fluídas montañas de piedras,
o aquel árbol rosa aislado
en el camino cuesta arriba
que me deleita tras barrotes
al amanecer
o en los atardeceres calientes y agitados.
Cómo empinarme si la brújula
se la tragó el océano del tiempo
y de los sinsabores.
Es tanto el odio, la indiferencia,
la verguenza y el desprecio
que solo los dulces patos,
el verdor, la línea divisoria al cielo,
las puras nubes que se asoman,
palmas irreales, dos torres Fuertes
pueden desencrespar
el mar humano
y aliviar el terremoto permanente
de este Valle
si el sol apena,
la lluvia llora
y vence el rubor
alguna vez.
Escrito por Diana Margarita Cantón Martinez ( Ruiz) en Escondido, California , en Octubre 7 de 2014.
en las fluídas montañas de piedras,
o aquel árbol rosa aislado
en el camino cuesta arriba
que me deleita tras barrotes
al amanecer
o en los atardeceres calientes y agitados.
Cómo empinarme si la brújula
se la tragó el océano del tiempo
y de los sinsabores.
Es tanto el odio, la indiferencia,
la verguenza y el desprecio
que solo los dulces patos,
el verdor, la línea divisoria al cielo,
las puras nubes que se asoman,
palmas irreales, dos torres Fuertes
pueden desencrespar
el mar humano
y aliviar el terremoto permanente
de este Valle
si el sol apena,
la lluvia llora
y vence el rubor
alguna vez.
Escrito por Diana Margarita Cantón Martinez ( Ruiz) en Escondido, California , en Octubre 7 de 2014.