No, no se trata de niñas perdidas en la calle, o extraviadas en un bosque, como en los cuentos macabros. Se trata de niñas secuestradas y probablemente vendidas. ¿Quiénes las secuestraron y piensan venderlas como ya vendieron a otras anteriormente? Los islamistas y sus secuaces.
El próximo que venga a decirme que el islam es bueno le voy a sonar una patá en la cara que ni Bruce Lee.
Todavía no he oído a ninguna organización en defensa de la infancia que se ponga para movilizar al mundo en contra este acto de barbarie. Y por supuesto la Unicef calla o murmura, cosa de que apenas perciban sus opiniones, que de ahí no pasa.
Niñas perdidas, que si vuelven volverán perdidas para siempre, porque ya no serán las mismas, ya el daño estará hecho, y en caso de que haya recuperación será lenta, muy lenta.
Cada día me gusta menos el mundo, cada día el oprobio es más horrendo. Cada día me convenzo más que a toda esta gentuza hay que de todas todas quitarlos de en medio.
Lo que trajo el barco.
Zoé Valdés.