La Violación. Novela de ficción.
Continuación.
Capítulo: Mi concepción amatoria:
Por: Diana Margarita Cantón
Martínez ( Ruiz).
“Dice mi amiga Marina, la
filósofa filosa, que cuando Carlos Marx escribió El Capital y todo lo demás, ni
comía, ni hacía el amor; solo fumaba tabacos y tomaba café y se pasaba los días
en eso. Pero yo no, tengo que cocinar picadillo de soya, o lo que se
recolecte, caze, pesque, luche. Tengo que fregar,limpiar, lavar, barrer,
sacudir alguna telaraña…y además escribir.
Juan me enseñó a vencer los
miedos, el hambre, la espera, la fatiga, las largas colas en pizzerias, restaurantes,
cafeterias, terminales de ómnibus. Siempre " resolvía” porque era el más socio
de todos los socios, me colaba con él en todas partes.
Con él vivía como en castillos medievales aéreos, azules, rosados. Me había penetrado tanto que hasta me había cambiado la personalidad en algunos aspectos como un demiurgo omnipotente, tanto me había marcado que su esqueleto primario siempre junto a mí se dormíría, se embriagaría en mis copas y vasos, oiría mis canciones, danzaría en mis fiestas, reiría mi risa, lloraría mis penas y me las consolaría, aunque las provocara.
Eso sucedería siempre lo mismo en los Cielos, que en el Sol, que en la Luna, que en la Tierra, que hasta en las Estrellas más imposibles y desangrantes!.
Con él vivía como en castillos medievales aéreos, azules, rosados. Me había penetrado tanto que hasta me había cambiado la personalidad en algunos aspectos como un demiurgo omnipotente, tanto me había marcado que su esqueleto primario siempre junto a mí se dormíría, se embriagaría en mis copas y vasos, oiría mis canciones, danzaría en mis fiestas, reiría mi risa, lloraría mis penas y me las consolaría, aunque las provocara.
Eso sucedería siempre lo mismo en los Cielos, que en el Sol, que en la Luna, que en la Tierra, que hasta en las Estrellas más imposibles y desangrantes!.
Su nombre en mis labios hizo nidos,
cascadas, echó raíces. A veces ante el
espejo del baño lo pronuncié en los lugares más inapropiados, en ocasiones con unos tragos de más.Me penetró tanto
Juan de los Cielos que morí con su muerte Amatoria que lo convirtió en un
misterioso cadáver primario.
Muchas veces salí a buscarlo como
una loca -que ya era, no solo en la aldea, sino por las calles de La Habana, por
sus playas. Le mandaba recados con todos
para que fuera a verme, para saludarlo. Sabía que sería para la misma
bobería de siempre: vernos, saludarnos, contarnos y nada más. Le era imposible
ser solo mi amigo.
A veces casualmente nos
encontrábamos en casa de una amiga común, cerca de la piscina de un hotel. Y
siempre me preguntaba por los hijos ajenos. Siempre me creía embarazada. Varias
veces quemé, rompí o lancé al mar mi papelería personal. Pocas cosas se
salvaron de los naufragios nihilistas de mi pasado.
Aquel Amor nuestro nunca prometió nada serio, jamás tuvo garantías legales ni de ningún tipo; solo pidió cariño, libertad, verdad. Solo prohibió ataduras, convencionalismos. Fue muy responsible-para mí al menos.. Me di, lo acogí. No pedí nombramientos, artificios, formales apariencias. Lo seguí amando hasta hoy, hasta siempre ( aunque ya sin sexo), como ama el sol a la mañana, el vapor a la nube, el agua a las depresiones. Para mí esa era la pureza en el Amor: hallar, dejar, encontrar, estar en alguien para siempre ( de algún modo), dejar a alguien para siempre en uno ( su lugar) ( de alguna manera) ( del modo más importante: en el espíritu, en la mente, en la memoria personal y hasta ajena a través del arte: la literatura).
Aquel Amor nuestro nunca prometió nada serio, jamás tuvo garantías legales ni de ningún tipo; solo pidió cariño, libertad, verdad. Solo prohibió ataduras, convencionalismos. Fue muy responsible-para mí al menos.. Me di, lo acogí. No pedí nombramientos, artificios, formales apariencias. Lo seguí amando hasta hoy, hasta siempre ( aunque ya sin sexo), como ama el sol a la mañana, el vapor a la nube, el agua a las depresiones. Para mí esa era la pureza en el Amor: hallar, dejar, encontrar, estar en alguien para siempre ( de algún modo), dejar a alguien para siempre en uno ( su lugar) ( de alguna manera) ( del modo más importante: en el espíritu, en la mente, en la memoria personal y hasta ajena a través del arte: la literatura).
En mi concepción amatoria “no hay
dueños”, nadie es el primero, o el primero puede ser intrascendente ( no
sensibilizarnos, no dejar huellas profundas), el último puede ser el primero,
puede amarse a varios a la vez ( de maneras diferentes, en viajes cósmicos diferentes).
Nadie conquista a otro de por vida ( su piel, su carne, sus órganos, su corazón
figurativo, su mente, su alma, su espíritu).
Siempre el Amor será un reto, una Aventura inacabada, un “romance inacabado”-como aquella película; la vida es un darse a otro (s) constante, una conquista permanente de aromas, perfumes, colores, olores, sabores, imágenes, formas, un despertar los sentidos y cosas más profundas y esenciales.
Nadie es un objeto, una cosa de la que otro tenga derecho a adueñarse de por vida ( egoistamente). Nadie es un propietario perpetuo de otro. El Amor es sembrar, cultivar, trabajar. No es vagancia, complacencia, parasitismo, corrupción. No tiene los brazos cruzados.
El Amor es una lucha, una guerra que genera paz. Es un desafío permanente, una autosuperación”.
Siempre el Amor será un reto, una Aventura inacabada, un “romance inacabado”-como aquella película; la vida es un darse a otro (s) constante, una conquista permanente de aromas, perfumes, colores, olores, sabores, imágenes, formas, un despertar los sentidos y cosas más profundas y esenciales.
Nadie es un objeto, una cosa de la que otro tenga derecho a adueñarse de por vida ( egoistamente). Nadie es un propietario perpetuo de otro. El Amor es sembrar, cultivar, trabajar. No es vagancia, complacencia, parasitismo, corrupción. No tiene los brazos cruzados.
El Amor es una lucha, una guerra que genera paz. Es un desafío permanente, una autosuperación”.