Por: Diana Margarita Cantón.
Capítulo: La fuga:
Veo que en la Botica Hernández Padrón (ahora Farmacia Piloto) hay que traer los pomos para los medicamentos, a pesar de todos los que recogen? los Comités de Defensa de la Revolución como materias primas. En realidad no hay transporte? para recogerlos, se rompen, se acumulan y a nadie le importa nada?.
El Bazar Cubano? es la Panamericana? ahora Tienda Recaudadora de Divisas que pronto serán cambiadas todas por Chavitos. Las calles siguen llenas de gente que cada vez trabajan menos, pero parecen más prósperas?. Las colas atrás de las rebajas y las musarañas por dólares son tan grandes como antes para coger lo que daban por las libretas de productos industrials racionados. Es mejor al parecer ese lugar por donde anda en paz Juan?.
Millones de hijos derramamos en pañuelos en el edificio en construcción que se añeja en la calle Maceo?.
Y mi amiga Berta , la psicóloga, tratando de sacarme del Pasado y La Literatura que- no dá nada--y sugiriéndome que me ponga como ella a hacer y vender panatela Charly ( como el ciclón) sin huevos. Tengo azúcar, harina de pan con gorgojos, agua, limón, fogón de balón, cuchillo, caldero, grasa. No tengo bicarbonate, lo gasté de desodorante, no tengo leche, ni naranja, ni canela, ni vainilla, ni aní, ni mantequilla, ni olla de presión ( la vendí para largarme). Mejor sigo con mi novella?, aunque no la publiquen?. Y por qué no, si puede ser un "betseller?.
Después fue que pudimos fugarnos Juan y yo una semana para la capital en agosto de 1970 y pasarla en un hotel de segunda o tercera categoría, cerca de la cafeteria-bar " Los Parados". Juan-todavía de los Cielos-intentó una reservación en un hotel de primera que entonces no era para los extranjeros. Hicimos tremenda cola en los bajos del Habana Libre y hasta dijo que estaba embarazada-lo que aparentaba con mi beibidor floreado de tela de algodón hecho por mi madre para tenerme a la moda. Utilizó mil ardides para que nos dieran prioridad, pero no pudo conseguir algo mejor que el Oasis? de La Habana, no el de Varadero-la playa más linda del mundo.Pero la pasamos de maravilla!. Y nos hicimos amigos de un solitario oriental que se quedó embarcado esperando a su gran Amor que nunca llegó en todos aquellos días.
Juan llamó por teléfono a su prima de La Habana Vieja y le dijo que sí , que andaba con "la leve flor" ( yo). La prima le dijo algo así como:
-Picarón, no cambias, estás acabando con los jardines del Universo. Tu mujer te va a matar!.
Pero yo no lo oi, solo sé que rio mucho con lo que le dijo. Trabajaba ella en el Instituto cubano de Arte e Industria Cinematografica. Así vimos todas las películas que se exhibieron en todos los cines de toda la gran ciudad esos siete días!. Salíamos de una para otra sin parar día y noche casi.
Almorzamos y comimos en El Cochinito, Rancho Luna, El Carmelo de 23 ( había rabo encendido?. Lo descubrí!)., el barrio Chino (comimos arroz con palito, maripositas?...).En El Cochinito una noche mi Amadísimo se robó un vaso con vino vermouth y se montó en la guagua con él. Yo traté de que no lo hiciera, pero estaba tan borracho!. Había gastado cien pesos. No me hizo caso, se lo llevó de verdad, no era un juego, no. Creo que lo hizo más por llevarme la contraria para que viera que sí era capaz de hacerlo. Hasta derramó el vino encima de alguien y se disculpó, yo también pedí disculpas y no cayó tan mal su comportamiento.
Nos pasamos esa semana de nuestra creación del mundo en colas, anotándonos, marcando, confirmando pases de listas para eliminar fallos. Era difícil la vida en esos tiempos, muy difícil!. Pero estábamos jóvenes y nos sentíamos felices, alegres, pese a que el Castillo de arena ya se venía abajo!.
Visitamos tíos y primos de él en La Habana Vieja, en la calle Lagunas?.Me aprendí el número, las entrecalles y fui sola algunas veces más después.
Habíamos ido antes al Hospital Calixto Garcia a ver al tío de Juan, operado de cancer de garganta. Cumplí una misión de Juan en la calle Gloria, ni recuerdo bien, pero era algo importante para él, debí entregar algo que me dio.Sabía algo del Vedado y Miramar, pero nada de La Habana Vieja.. Mas preguntando llegué a Roma.No hubo problemas!".
Capítulo: La fuga:
"Ahora siento mucha añoranza cuando paso por estos lugares que me traen a Juan de los Cielos( Cadáver en segunda fase de muerte). Veo el Viejo caserón que antes fue su escuela, ahora remozado y que no sé si es un Palacio de Artes o la empresa cárnica. Esta ciudad cada vez me es más ajena!. No sé si el Palacio lo rige el famoso pintor Salvador X Sali!. Creo que en realidad está más arriba de la esquina de Martí y la calle Cuarteles!. Un día me invitaron a leer poemas allí y como fueron impuntuales los del jurado del concurso literario, no averigué dónde quedaba y me fui.. Se habían emborrachado-como de costumbre-en el Hotel más famoso del pueblo y no habían llegado a la librería donde nos citaron a las ocho de la mañana a varios. Dos o tres nos fuimos y no leímos nada Total:
los Premiados seguro estaban borrachos también.
El Bazar Cubano? es la Panamericana? ahora Tienda Recaudadora de Divisas que pronto serán cambiadas todas por Chavitos. Las calles siguen llenas de gente que cada vez trabajan menos, pero parecen más prósperas?. Las colas atrás de las rebajas y las musarañas por dólares son tan grandes como antes para coger lo que daban por las libretas de productos industrials racionados. Es mejor al parecer ese lugar por donde anda en paz Juan?.
Millones de hijos derramamos en pañuelos en el edificio en construcción que se añeja en la calle Maceo?.
Y mi amiga Berta , la psicóloga, tratando de sacarme del Pasado y La Literatura que- no dá nada--y sugiriéndome que me ponga como ella a hacer y vender panatela Charly ( como el ciclón) sin huevos. Tengo azúcar, harina de pan con gorgojos, agua, limón, fogón de balón, cuchillo, caldero, grasa. No tengo bicarbonate, lo gasté de desodorante, no tengo leche, ni naranja, ni canela, ni vainilla, ni aní, ni mantequilla, ni olla de presión ( la vendí para largarme). Mejor sigo con mi novella?, aunque no la publiquen?. Y por qué no, si puede ser un "betseller?.
Después fue que pudimos fugarnos Juan y yo una semana para la capital en agosto de 1970 y pasarla en un hotel de segunda o tercera categoría, cerca de la cafeteria-bar " Los Parados". Juan-todavía de los Cielos-intentó una reservación en un hotel de primera que entonces no era para los extranjeros. Hicimos tremenda cola en los bajos del Habana Libre y hasta dijo que estaba embarazada-lo que aparentaba con mi beibidor floreado de tela de algodón hecho por mi madre para tenerme a la moda. Utilizó mil ardides para que nos dieran prioridad, pero no pudo conseguir algo mejor que el Oasis? de La Habana, no el de Varadero-la playa más linda del mundo.Pero la pasamos de maravilla!. Y nos hicimos amigos de un solitario oriental que se quedó embarcado esperando a su gran Amor que nunca llegó en todos aquellos días.
Juan llamó por teléfono a su prima de La Habana Vieja y le dijo que sí , que andaba con "la leve flor" ( yo). La prima le dijo algo así como:
-Picarón, no cambias, estás acabando con los jardines del Universo. Tu mujer te va a matar!.
Pero yo no lo oi, solo sé que rio mucho con lo que le dijo. Trabajaba ella en el Instituto cubano de Arte e Industria Cinematografica. Así vimos todas las películas que se exhibieron en todos los cines de toda la gran ciudad esos siete días!. Salíamos de una para otra sin parar día y noche casi.
Almorzamos y comimos en El Cochinito, Rancho Luna, El Carmelo de 23 ( había rabo encendido?. Lo descubrí!)., el barrio Chino (comimos arroz con palito, maripositas?...).En El Cochinito una noche mi Amadísimo se robó un vaso con vino vermouth y se montó en la guagua con él. Yo traté de que no lo hiciera, pero estaba tan borracho!. Había gastado cien pesos. No me hizo caso, se lo llevó de verdad, no era un juego, no. Creo que lo hizo más por llevarme la contraria para que viera que sí era capaz de hacerlo. Hasta derramó el vino encima de alguien y se disculpó, yo también pedí disculpas y no cayó tan mal su comportamiento.
Nos pasamos esa semana de nuestra creación del mundo en colas, anotándonos, marcando, confirmando pases de listas para eliminar fallos. Era difícil la vida en esos tiempos, muy difícil!. Pero estábamos jóvenes y nos sentíamos felices, alegres, pese a que el Castillo de arena ya se venía abajo!.
Visitamos tíos y primos de él en La Habana Vieja, en la calle Lagunas?.Me aprendí el número, las entrecalles y fui sola algunas veces más después.
Habíamos ido antes al Hospital Calixto Garcia a ver al tío de Juan, operado de cancer de garganta. Cumplí una misión de Juan en la calle Gloria, ni recuerdo bien, pero era algo importante para él, debí entregar algo que me dio.Sabía algo del Vedado y Miramar, pero nada de La Habana Vieja.. Mas preguntando llegué a Roma.No hubo problemas!".