Capítulo: El Matrimonio?:
Por: Diana Margarita Cantón Martinez.
“Desde el 28 de junio hasta el 22 de Julio, que cerró el curso escolar, me volví tan misteriosa que
la Secretaria del Comité de Base de la Juventud comunista, pudo sospechar que cumplía una
importante misión secreta: a la hora de almuerzo me perdía para no se sabía dónde?, y yo en realidad con
Juan para la pizzeria y para Los Cielos. Ni me bañaba ya en el albergue,
cercano del de ella en el Sector ( de la Beca). Regresaba aclarando a recoger
corriendo los papeles, libros, medios de enseñanza, registros de asistencia
y evaluación….
Llevaba casi siete meses que apenas leía ni escribía. Suerte
que los más intensos y celestials días estuvieron pegados a las vacaciones, y
no me visitaron ni controlaron , pues ya solo habían repasos y exámenes. De lo
contrario, me habrían devaluado probablemente. Tan abrasador y abrazador es el
Amor!. Es como el Mar: puede tragar, arrastrar, cubrir, destruir todo!. El Amor
es como el Infierno y como la Muerte!.
Supongo que en ese tiempo
Juan de los Cielos, mi fundador, tuvo muchas eyaculaciones precoces, pues
siempre tenía deseos de hacer el Amor. Terminábamos y volvíamos a empezar, una
y otra vez. Y yo siempre quería más. No lo sé bien!. El fumaba de acto en acto
para reponerse con la nicotina-decía.
Mi piel era tan virgen como todas mis zonas erógenas. Cuando
orinaba experimentaba unas sensaciones irrepetibles con el paso del tiempo y de
las experiencias eróticas que llegaron a ser más complejas, ricas, variadas,
prolongadas. Aquellas sensaciones en el
coito y después de él sentada en la tasa del baño nunca más se repetirían.
Claro que después exploré otros campos de mi psiquis y carne. Sé que aprendí
más luego con otros hombres, que llegué a timonear mis orgasmos, a buscarlos yo
misma, a pedirlos, a saber exigirlos. Nada de eso todavía lo sabía!. Quizás por
eso mi rival? ( aún ignorada) también me
derrotó, aunque en realidad nunca supe ni quise aprender a disputar un amor.
Siempre pensé que nadie quita nada en ese terreno, se va lo que no funciona
bien; la libertad es el mayor modo de poseer.
En los viajes a Pinar los fines de semana que podíamos ir,
Juan me llevó varias veces a casa de su mama, su papa, hermanas y sobrinos, con
los que decía vivir. Un primo de él, de Guane, se nos pegó mucho, veníamos
desde La Habana juntos, y discutieron porque me defendía de algo que me dañaba
procedente de mi novio, y que yo no acababa de comprender. El muchacho no
parecía del todo normal! Mas yo estaba en Babia todavía.Varias veces más nos
vimos.
También Juan fue a mi casa. No recuerdo que haya hecho una
petición de mano muy formal a mis padres. Supongo que lo presenté como mi novio
y punto. Dos o tres veces llevó consigo a su pequeño hijo de un año, con
bolso,cantina, pure, compotas, leche, agua hervida, pañales…Mi madre, él y yo
lo atendimos amorosamente y la vecina del frente dijo conocer a Juan de
Tenería de Guane y hasta haber trabajado como una especie de criada agradecida
de ellos.
Años después mi padrastro exigiría a José del Sol una
petición de mano más seria, para que “no me sucediera lo mismo”.
Yo usaba un vestido beibidor floreado, de moda en esos días, muy
amplio en la cintura, confeccionado por mi madre, y la gente del barrio empezó
a especular que estaba embarazada y hasta que aquel niño era mío, hasta que un
día , sorpresivamente y en mi ausencia apareció la verdadera madre ( Juana de
los Caprichos) a asustar a la mía:
-Señora, su hija está en estado de mi marido. El mismo me lo
ha dicho. Me pidió el divorcio para
casarse con ella, yo se lo daría, es una chiquilla, pero, figúrese, póngase en
mi lugar…..
Se lo dijo delante de mi hermano, que me comentó más tarde:
-Pues, mira, que está muy joven, bonita y elegante esa
Juana. Yo Juan, no la cambiaría por ti, al menos por lo que aparenta ser.
En La Habana se burlaban de Juan los del Partido:
-Y qué, dónde dejaste a tu colegiala?. Te vas a buscar
tremenda cabeza de caballo!.
Juana agregaba a mi madre:
-Han sido frecuentes sus aventuras paralelas durante nuestro
matrimonio. Yo no lo voy a perder. El tendrá que quedarse conmigo y ayudarme con los niños.
Me insulté con lo que hizo esta mujer: inmiscuir a mi
familia en un asunto tan personal. No imaginaba las cosas que podían hacer los
celosos!.
Busqué a Juan una tarde en el Círculo Infantil donde
esperaba fuera a recoger su hijo. Quería contarle lo que había hecho su
ex-mujer.
Andaba vestida de Amorescencia, con un vestido de guinga de
tirantes, calzaba unos zapatos escolares de niña, de correas y hebillas,
bajitos; seguía muy delgadita, menuda; y me sorprendió de pronto la esbeltez y fortaleza
de mi héroe, acompañada de Juana recién parida de Tamara, desencajada, pálida,
ojeroza, con una bata negra, ancha, medio desteñida, toda desaliñada, como una
loca!. No pensaba encontrarla allí, ni así, en ese estado.
Sabía ya de la existencia del embarazo, pero Juan me había
confundido:
-Sí te lo había dicho, chiny, pero no me entendiste.
-Tú solo me hablaste del divorcio, de ella y del niño, pero
no de un Nuevo embarazo.
-Sí, mi Amor, tienes razón, pero si te lo hubiera dicho todo
desde el principio, completo, no me
habrías aceptado. Tuve que omitir y hasta mentir por Amor. No quería perderte.
Perdóname.
Lo perdoné, pero ya no era igual; tampoco ya yo era la misma
después del 28 de junio!. Cuando me bajó la menstruación en Julio, tuve tal
júbilo que le prometí a Dios de modo casi subconsciente, no volver a pecar? Más
ni or Amor, ni por trampa, ni p or nada. Quise dejarlo y quedarme callada, no
contarlo a nadie jamás.
Pero pronto fue más fuerte Satanás hecho hombre sexy y espiritual.
No tuve fuerzas para resistir la nueva seduccción y el modo en que argumentaba
sus sentimientos, cantándome Margarita y Wendollyn, de moda en ese entonces.
Quería ponerle esos nombres a nuestras hijas. Ya desnudos en el lecho me cantaba
Desde aquel día del español Rafael y me
contaba de su homosexualismo.
Me pidió que me pusiera”un anillo” o dispositivo intra-uterino.
Me enfurecí. El argumentó que la Secretaria y muchas mujeres solteras ya lo
tenían puesto.
Y yo rebelde:
-Así es como me amas?
-No, Chiny, si no quieres, no, nos casaremos. No te obligo a
nada. Tendremos a Yuniar, Margarita, Wendollín y todos los hijos que deseemos .
No hablamos más del asunto y jamás nos cuidamos para evitar
los hijos.