Tomado de:Generación Y
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Posted: 27 Nov 2012 10:00 PM PST
No se preocupe, lector, que este texto no
versa sobre lo que usted cree. No es un llamado a la Real Academia de
la Lengua Española para que agilice el proceso de aceptación de nuevos
términos, ni siquiera un reclamo para restarle complejidad a la
ortografía castellana. Nada de eso. El sayo de filóloga hace un buen
rato lo colgué, y ahora entiendo más de bytes que de sílabas, de tweets
que de conjugaciones. Hablo más bien de esos giros peculiares que se
utilizan en Cuba para designar los fenómenos económicos, políticos y
sociales. Las “reformas” que vivimos parecen estar sucediéndose más en
el campo de la lingüística y de la semántica que en la concreta
realidad. Pondré algunos ejemplos… no se desespere.
En nuestro país se le ha dado en llamar
“actualización del modelo socialista” a medidas que simplemente están
agregando elementos de economía de mercado al sistema. Se designa como
“trabajo por cuenta propia” a lo que en cualquier otra parte del mundo
se le conocería como “sector privado”. Los desempleados tampoco son
catalogados con la palabra correspondiente sino que llevan el rótulo de
“trabajadores disponibles”, una manera muy suavizada de describir el
drama de la cesantía. En los hospitales, cuando se recorta muchísimo el
número de radiografías y de ultrasonidos se explica como una posibilidad
para “potenciar el diagnóstico clínico”. Lo cual, traducido a un
enunciado veraz, quiere decir que el médico debe descubrir con sus ojos y
sus manos desde una fractura hasta una hemorragia interna.
Para el discurso oficial, la frustración
popular con las reformas es sólo señal de “incomprensiones e
indisciplina”. Si, además, esa inconformidad desemboca en una protesta
callejera, entonces los participante no son ni “indignados”, ni
“proletarios reclamando sus derechos”, sino más bien “mercenarios” y
“contrarrevolucionarios”. En esta Isla, la expresión “el pueblo” es uno
de los tantos seudónimos que tiene el poder, así que ya puede imaginar
las confusiones que se crean a menudo. Cuando se lee “por decisión del
pueblo soberano…” o “con la participación de todo el pueblo”, se podría
sustituir el sujeto de cada una de estas frases por “el Partido
Comunista”. Tampoco el virus del cólera puede mencionarse por sus seis
letras, pues ya el periódico Granma ha acuñado la frase “enfermedad
diarreica aguda”. Y a esos barrios paupérrimos que se extienden en la
periferia de la ciudad ¡cuidado con llamarlos favelas o villas
miserias!. Esos son, para la distorsionada semántica que nos rodea,
“comunidades de bajos recursos”.
Yo no entiendo nada y usted tampoco. Un
meta lenguaje se ha apropiado de nuestras vidas y ninguna palabra es lo
que parece. Pero hágame caso, lector, y “no se preocupe”, que es justo
la forma con la que decimos a diario “la situación es preocupante”.
Comentario amigo: buenisimo, sino fuera por lo tragico daria mucha risa, digo mucha porque me hizo sonreír.
Comentario amigo: buenisimo, sino fuera por lo tragico daria mucha risa, digo mucha porque me hizo sonreír.