Por Diana Margarita Cantón Martínez.
Capítulo 1: El ingreso.
-Pues sí, Doctor Nadium, siento una energía muy grande dentro de mi, mi cuerpo es un puro corto-circuito. No puedo dormir en mi cama ni casi ya en el sofa de la sala. Me tiro al piso. Me arrodillo y oro incesantemente-sin lágrimas, pero con devoción. Las noches despiadadas me obligan a ejercitar mi cuerpo adolorido aún en contra de mi voluntad. Me acuesto y me levanto y voy incesantemente al baño y a la cocina a tomar agua y a veces a tomar o comer algo con gran ansiedad y como una autómata. Trato de ir a la computadora para relajarme un poco. En el invierno empeoro, ya no me place caminar por las calles, los parques, las orillas del río, los lagos y mucho menos subir a las montañas.
-Lee muchas noticias, Norma?.
-Es por rachas. Antes sí. La política para mi llegó a ser una obsessión permanente desde la infancia.Todo en mi vida, hasta el amor, giró siempre en torno a ella.Fue como que el Estado, el Gobierno, invadió hasta mis sueños y mi intimidad. Eso nos ocurrió a muchos de mi generación. Con la desilusión eso fue cambiando un poco. Pero hay momentos, Doctor, en que todo eso aflora de nuevo de un modo arrollador e incontrollable. Por eso le cuento todo esto; me alivia, ya que ni llorar puedo pese a tanta tristeza y desconsuelo. Ni siquiera confío en que tenga usted poder ni medicinas que me alivien. Me perdona?.
-Sí, le entiendo. Hay muchos así –al menos en su país. Le diría que los hay peores. Pero, continúe, por favor, contándome sobre lo que siente.
-Mire, siento algo nuevo y espantoso. Siempre creí que mi primer gran amor fue eso. Y de un tiempo a esta parte, después de leer ciertas cosas, de meditar, comparar, analizarlas más fríamente, he llegado a la conclusion inaudita de que fui violada casi de niña por un hombre que para mi representa hoy, más que un hombre en sí mismo, al poder político. Y sinceramente se lo digo sin pasión alguna. Porque ya no me apasiona ningún Proyecto humano. He perdido la fe en todos. Aunque a veces me emocionan ciertos actos heroicos de algunos jóvenes que se me parecen a mi alguna vez.
-Por hoy está bien, no quiero cansarla. Le pondré una inyección que relaje un poco su cerebro. Está muy cargado y por eso son sus migrañas y todo lo demás.También su cuerpo, sus músculos están muy tensos. Se va a enfermar mucho más si no se cuida. No piense ni escriba tanto en su Diario-al menos por estos días –en que quiero observar su comportamiento y evolución. Después sí quiero que escriba acerca de eso que me acaba de decir sobre esa violación por su novio. OK?.
-De acuerdo, Doctor Nadium, esta vez no seré tan terca. Sobre todo si sus drogas me ayudan a dormir. Y le aseguro que nunca he creido en ellas. Pero bueno, es imprescindible, según veo.
- Sí, no queda más remedio. Ya vendrá la enfermera. Nos veremos pronto para que me lea lo que ha escrito dentro de una semana de tratamiento recluida.Adiós y que Dios nos ayude a ambos.
-Gracias, Doctor. Hasta la próxima conversación o taller?.