Mito y realidad de mi expulsión del Partido Comunista.
Muchos piensan que vine a parar a Boise solo por lo que planteé públicamente en una Asamblea del Partido Comunista de Cuba a finales de enero de 1996. Pero no fue exactamente así. Eso lo desencadenó todo.
En esa ocasión mis críticas fueron bien severas, pero todavía había más en mi intuición que convicción acerca de mi realidad social y mis dirigentes.Desde 1989 ella se había vuelto "rugiente"-como bien dijo cierto periodista o escritor de época.Para mí se hizo insostenible-sobre todo del 94 hacia acá. Estaba viviendo un verdadero "insilio". Y no pretendo repetir historias que ya conté antes y que recojo en este blog y en mis 4 novelas publicadas en Estados Unidos y Argentina. (1).
Solo esclareceré algo:
Yo llevé mi intervención escrita, no la improvisé totalmente. Tenía hasta un poema escrito que también leí-pese a las presiones para que callara. El público presente me dio permiso para que continuara-en nombre de la democracia partidista que reclamé como derecho-aunque sabía qué limitaciones reales tenía -o por lo menos las suponía.
Había sido una militante medianamente conflictiva desde 1968 que me inicié en la Unión de Jóvenes Comunistas.(U.J.C).
Pero amaba sinceramente la Revolución y sobre todo al Che.Era combativa, intransigente y cumplía responsablemente todas mis tareas.
No era perseguidora de los homosexuales como seres humanos, pero sí notaba un bandazo retardado de la promoción a favor de ellos. Y yo-no desde la Biblia entonces-porque casi ni la conocía-empecé a protestar. Para mi era una corrupción, una inmoralidad que dañaría la creación artística de todos los que no eran homosexuales y que crearía antivalores en la apreciación de la creación.
Yo, poco después de arribar a Boise como refugiada política.
Por: Diana Margarita Cantón Martínez ( Ruiz).
Muchos piensan que vine a parar a Boise solo por lo que planteé públicamente en una Asamblea del Partido Comunista de Cuba a finales de enero de 1996. Pero no fue exactamente así. Eso lo desencadenó todo.
En esa ocasión mis críticas fueron bien severas, pero todavía había más en mi intuición que convicción acerca de mi realidad social y mis dirigentes.Desde 1989 ella se había vuelto "rugiente"-como bien dijo cierto periodista o escritor de época.Para mí se hizo insostenible-sobre todo del 94 hacia acá. Estaba viviendo un verdadero "insilio". Y no pretendo repetir historias que ya conté antes y que recojo en este blog y en mis 4 novelas publicadas en Estados Unidos y Argentina. (1).
Solo esclareceré algo:
Yo llevé mi intervención escrita, no la improvisé totalmente. Tenía hasta un poema escrito que también leí-pese a las presiones para que callara. El público presente me dio permiso para que continuara-en nombre de la democracia partidista que reclamé como derecho-aunque sabía qué limitaciones reales tenía -o por lo menos las suponía.
Ya yo me venía buscando serios problemas por ejercerla desde el Derrumbe del Muro de Berlín, incluso un Rector me llegó a decir en una Asamblea Docente: Aquí muchos critican cosas como si yo fuera el culpable. Estas son disposiciones del Comandante en Jefe, no mías ni del Ministro.Pero nadie se atreve a criticar a Fidel.
Era yo quien había acabado de hablar. Estaba en la mirilla de varios-sobre todo desde ese momento.Había sido una militante medianamente conflictiva desde 1968 que me inicié en la Unión de Jóvenes Comunistas.(U.J.C).
Pero amaba sinceramente la Revolución y sobre todo al Che.Era combativa, intransigente y cumplía responsablemente todas mis tareas.
En 1983 ( a los 30 años) entré en los Talleres Literarios formalmente y empecé a llevar una doble vida para la que no me habían preparado: Ministerio de Educación y Ministerio de Cultura , lo que me llevó a serios conflictos porque los escritores y artistas tenían un sentido más disidente y hasta opositor que los maestros y profesores, aunque finalmente muchos hayan claudicado o finjan haberlo hecho para sobrevivir ante tantas presiones de fidelidad ideológica.
Mis confrontaciones y lecturas de entonces, unidas a las circunstancias económicas posteriores me llevaron a crear yo sola, por mi misma, lo que llamé un Movimiento de Pensamiento Subterráneo y de Resistencia (M.P.S.R) y Artístico Literario Poshumanista ( M.A.L.P), que no secundó nadie nunca ni tuvo carácter político ni mucho menos-al menos directamente. Hasta escribí unas libretas con pensamientos de mis predecesores en Ediciones " A Lápiz" que titulé "Revista Alerta". Osea que yo me estaba rebelando intelectualmente contra Editores, Promotores Culturales, Artistas, Escritores hasta famosos, reconocidos y allegados al Gobierno, o enemigos de él, pero no era con fines políticos. Simplemente estaba reclamando mi espacio como poeta, escritora, pensadora...Y eso molestaba y asustaba. Y me creó adversarios y enemigos. Yo escribí-por ejemplo contra la tendencia moralmente negativa-para mí de enaltecer un Arte y una Literatura homosexual.No era perseguidora de los homosexuales como seres humanos, pero sí notaba un bandazo retardado de la promoción a favor de ellos. Y yo-no desde la Biblia entonces-porque casi ni la conocía-empecé a protestar. Para mi era una corrupción, una inmoralidad que dañaría la creación artística de todos los que no eran homosexuales y que crearía antivalores en la apreciación de la creación.
Como que impartía Estética y Filosofía, además de Historia, me puse a leerme Utopía, La Ciudad del Sol, Los Diálogos de Platón, El Principito y tantas cosas indicadas y no por los Programas de Estudio, que se me abrieron las entendederas y varios simpatizaban conmigo y teníamos puntos de convergencia, no solo en Talleres formales hasta Provinciales y uno Nacional, sino en otros informales, como Peñas como la de Yagruma de Fidel Valverde, Grupos Literarios como Cazadores de Sueños de Adela Soto,..
Y al parecer esto llegó a la Seguridad del Estado y ya era sospechosa.Quizás lo era desde siempre, pero no lo notaba. No me escondía, ni me protegía y repartía mis libretas lo mismo a Abel Prieto, que a Armando Hart, que a Silvio Rodríguez, que a los militantes del núcleo, que a cualquier poeta principiante.Hasta a Fidel yo le mandaba ya cosas por correo.Me delataba yo misma porque no tenía delito-pensaba.
Para no hacer este testimonio tan extenso, yo no estaba clandestina ni nada de eso. Leía mi obra en la radio, en la televisión,la publicaba parcialmente en la Sección De Todo del periódico Provincial Guerrillero de Pinar del Río.Y la esencia de una de esas polémicas en el Instituto Superior de Arte ( I.S.A) se publicó en Juventud Rebelde en 1988. Hasta en el Granma salió a principios de los 90 una referencia de mi investigación de la obra de Silvio Rodríguez, pues yo la investigaba y hasta se aprobó que creara una cátedra para estudiarla con los interesados.
Pero se me ocurrió escribir por detrás de mi intervención unas palabras que no leí y que firmé con las siglas de mis Movimientos. Como que estaba en fase de dudas, no tenía pruebas tampoco de lo que sospechaba, pues no leí esa parte. Pero a una de "las camaradas" de la Comisión de Actas de la Asamblea se le ocurrió retarme: Mira, Diana, tú has dicho tantas cosas que nosotras no las pudimos copiar todas, no somos taquígrafas, danos los papeles para anexarlos.
Yo me dejé provocar, y se los di, e incluyeron en el Acta lo que hablé y lo que no hablé.
Lo que no hablé-más o menos decía-que Del mismo modo que había sido lícito que del Partido Ortodoxo de Eduardo Chibás brotara un Ala Izquierda que dio lugar al Movimiento 26 de Julio que después derivó en el Partido Comunista de Cuba que dirige actualmente la sociedad cubana, era lícito para mí que de este brotara también un Ala Izquierda para que el país mejorara, porque todo andaba bien mal. Y aparecía-repito mi firma y mis Movimientos ideales que exactamente no era para eso-aunque podían tener que ver con ello de algún modo.
Y ahí fue donde decidieron partirme de verdad el ala expulsándome del Partido-cosa que ya se había convertido para mí en una carga después del 94, porque ya era un reo. En varias reuniones me habían analizado antes. Y lo que más me dolió: me expulsaron del Ministerio de Educación y de hecho de toda la vida intelectual cubana-al menos laboral.Y me la partieron -sobre todo-porque no claudiqué de lo que había escrito, no tenía las pruebas de muchas cosas, pero estaba casi segura de que eran así.Era una sospecha no en el sentido de inmediatez, porque yo sí estaba segura de la corrupción de los dirigentes de la base hasta a nivel provincial. Por eso mis Apelaciones las hice en La Habana en el Comité Central, en el MINFAR con funcionarios de Raúl Castro, fui a la Oficina de Carlos Lage, al Edificio de la Asamblea Nacional del Poder Popular.Recurrí a todas las vías políticas, administrativas, sindicales, legales. Y fue por gusto: "no era una activista de la política ( oficial) del Partido Comunista de Cuba".
Lo más inaudito para mí fue que en la Conclusión de mis Apelaciones políticas al Congreso no apareció Fidel Castro, sino un dúo cuyos nombres ya ni recuerdo, uno de los cuales me dijo que no sería expulsada, sino separada (porque efectivamente no había hecho algo tan grave como lo del General Ochoa), pero que de Educación me olvidara, que jamás volvería a ser maestra o profesora porque "si no tenía problemas político-ideológicos, yo estaba loca".
Entonces le dije que si era así me volvieran a expulsar porque yo tenía ahora sí de verdad una opción política e ideológica distinta a ellos.
A diferencia de Eduardo Chibás yo no decidí suicidarme, cosa a la que habrían podido llevarme, pero ya yo estaba incubando otros valores-sin saberlo a ciencia cierta y fui una elegida.
De más está decir que el asedio de la Seguridad del Estado pasó de velado antes de 1996 a abierto después de esa fecha. Ensayaron desde las formas más directas hasta las más sutiles para convertirme en una cómplice suya a pesar de mi irreverencia, aunque siempre los traté con respeto y a veces hasta con lástima por su juventud.Algunos hasta habían sido mis alumnos de Marxismo-Leninismo y o de Historia.
Yo, realizando actividades de Prensa y Literatura Independiente en Cuba, en Pinar del Río, antes de La Primavera Negra de Cuba.
Fue en 1999 que entré en la disidencia en la que por mi misma no habría entrado nunca-al menos del modo en que lo hice.Hubiera seguido escribiendo y cuestionando, pero no habría entrado en ningún grupo político-supongo. Pero llegaron a confundirme a veces.
De hecho mi padre-que fue socialista popular y estuvo colaborando con el M-26 de Julio y al principio en las ORIS (2) y que emigró e Miami en 1980 procedente del Puerto de Mariel, jamás se hizo opositor ni disidente, nunca creyó en eso cuando dejó de creer en Fidel a finales de los 60.Así murió allí en 1998-trabajando, vendiendo en las calles-simplemente.
A mi me salvó Jehová pues lo conocí-sobre todo después de 1994.Es más, yo estuve en la Asamblea de los Testigos de Jehová de diciembre de 1995 en Pinar del Río, aunque no hice un Curso Bíblico formal hasta después de mi ingreso psiquiátrico en 1997.
Mi hermano Fidel Cantón, mi mamá Juana Martínez (ciudadanos americanos), yo (ciudadana americana), mi esposo Luis Ruiz y mi hija Dunia Ruiz ( residentes permanentes en trámite de ciudadanía americana) en 2005 al arribar a Boise, Idaho, E. Unidos.
En realidad el trastorno postraumático que sufrí después de esa Asamblea, todavía lo padezco. No he podido superarlo totalmente.Y creo que no lo superaré jamás, como tampoco las consecuencias para toda mi familia.
1-Diana Margarita Cantón Martínez ( Ruiz) "El Aviador" ( rojo)Editorial Escritores Argentinos. Novela ficción de hechos históricos... Buenos Aires...2011...Narrativa Cubana...Catalogación 30 de mayo 2011.
2-O.R.I.S ( Organizaciones Revolucionarias Integradas).