( Escrito entre el 20 y el 28 de Diciembre de 2011).
Soy ese lucero solitario
de la puerta de mi cielo invernal,
apartado de la gasa, el trópico y la galaxia.
Esa tenue luz separada
del carnaval del mundo,
que pierde el encanto de la nieve.
Todo lo que diga yo misma
es pura tontería.
Traguemos la Palabra
y pongámosla por obra.
De mi familia, no arrastro fusilados.
Arrastro, eso sí, mis locos
y mi locura propia,
desmoronados escenarios,
los ataques de pánico
disfrazados de hierbas,
humo y alcoholes.
Arrastro el déficet de atención,
un país y hasta el globo terráqaueo entero
tras mi costado inmune,
tras mi nariz tapada,
tras mi oxígeno inhalado,
tras mis insomnios amargos
y mis labios de agrio vino.
Soy una mujer feliz.
A qué dudarlo,
pese a mis críticos
y a las fechorías.
Pero decididamente:
la vida ya no es un carnaval
ni una sabrosura.
Y ni siquiera el consuelo del frío
es el misterio de la nieve.
Hoy las hojas del otoño
se perpetúan en la tierra,
como el ansia de jugar de un niño
es más fuerte que el sueño
y el confort de las frazadas
del amanecer.
Como la travesura de las niñas
abordando las primicias del pastel,
supera los celos, el rencor,
el egoismo, las insignificancias,
las manchas y el orgullo,
este Diciembre diferente.
Llegó la nieve escasa, leve,
retardada, pasajera,fría
blanca y deslumbrante-
como siempre.
Se impuso: la lluvia,
el día nublado, los pájaros muchos,
la triteza, el despojo, el terror, el saqueo,
las tensiones, la señal, el portento presagioso,
el destierro, la desnudez, la vergúenza,
la violencia, el dolor de las caderas,
las convulsiones, el temb lor, el vigía,
el carro de guerra y los corceles,
los asnos, los camellos, la atalaya,
la ruidosa agitación, la escapada,
la prisión, el llanto, el suicidio,
la confusión, el pisotear, el confundir,
la aljaba, las casas demolidas,
el llanto, el duelo, la calvicie,
la degollación, la muerte,
el error, la deshonra, el hacha,
el silencio, el aullido, el desprecio,
el asedio, la ruina, el olvido....
Mas bebo Ley.
Me deleito y gozo con la luz.
Me consuela el banquete de Palabra.
