No pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso (Jer. 10:23).
El hombre ha sido incapaz de ponerle freno a la maldad. Las instituciones políticas, religiosas y económicas no han conseguido que la humanidad disfrute de paz, prosperidad y salud. Y lejos de resolver los complejos problemas que nos aquejan, los han agravado. Los miles de años de dominio humano han demostrado más allá de toda duda lo ciertas que son las palabras del texto de hoy. Así es, “el hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo” (Ecl. 8:9). La Biblia predijo lo siguiente para nuestra época: “En los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar”. Y tras describir las condiciones que existirían bajo los gobiernos humanos, advirtió: “Los hombres inicuos e impostores avanzarán de mal en peor” (2 Tim. 3:1-5, 13). Pero Dios pronto liberará a sus siervos de este mundo que tan rápidamente se está deteriorando. w08 15/5 3:8, 9