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Están dispersos, parecen pocos, pero conforman la segunda religión con más creyentes en todo el territorio nacional. Son los Testigos de Jehová, quienes en la actualidad suman un millón 057 mil 736 practicantes, según el Atlas de la Diversidad Religiosa en México.
Si bien esto no significa que vayan a convertirse en la religión mayoritaria, lo cierto es que ha sido una de las opciones religiosas no católicas más adoptadas en el país. De hecho, según el Centro de Información sobre Sectas, Religiones y Nuevos Movimientos Espirituales, cada 30 minutos, un mexicano se convierte en integrante activo de los Testigos.
A pesar de que en nuestro país 88 por ciento de los mexicanos son católicos, pues 74 millones 612 mil 373 profesan esta religión, en los últimos 30 años los Testigos de Jehová o Torre del Vigía han aumentado en casi todos los rincones del país. Solamente en diez por ciento de los dos mil 443 municipios no tienen presencia.
Pero el boom de su tasa de crecimiento anual no es reciente: ocurrió en la década de los ochenta, época en la que tuvieron crecimientos anuales de hasta 16 por ciento, aunque después esta tasa disminuyó a uno por ciento, en 2003.
Sin embargo, la disminución no es sinónimo de que haya perdido fuerza entre los mexicanos. Rodolfo Casillas, investigador de la pluralidad religiosa de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), enfatiza que su velocidad de crecimiento ha bajado porque entró en unperiodo de estabilización, pues no sólo se trata de captar fieles, sino de conservarlos.