Martes 5 de mayo
Jehová disciplina a quien ama; de hecho, azota a todo aquel a quien recibe como hijo (Heb. 12:6).
El apóstol Pablo dijo: “El amor es [...] bondadoso” (1 Cor. 13:4). Los buenos padres disciplinarán a sus hijos de forma coherente y bondadosa. Así imitarán a Jehová. No obstante, hay que señalar que la disciplina que menciona la Biblia no se limita al castigo, sino que se centra en la educación y formación para la vida. ¿Qué propósito tiene esa disciplina? Pablo contesta: “A los que han sido entrenados por ella, da fruto pacífico, a saber, justicia” (Heb. 12:11). Por lo tanto, ¿qué logran los padres que enseñan a sus hijos con bondad y de acuerdo con las instrucciones divinas? Prepararlos para que de adultos amen la paz y la justicia. Si los hijos aceptan “la disciplina de Jehová”, adquirirán sabiduría, conocimiento y discernimiento, cualidades mucho más valiosas que el oro y la plata (Pro. 3:11-18). Por otro lado, no es ninguna muestra de bondad privar a los hijos de la disciplina que necesitan.
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