Lunes 30 de marzo
Por cuanto la sentencia contra una obra mala no se ha ejecutado velozmente, por eso el corazón de los hijos de los hombres ha quedado plenamente resuelto en ellos a hacer lo malo (Ecl. 8:11).
Los hijos no solo deben conocer las reglas familiares, sino que también necesitan saber las consecuencias de desobedecerlas. Y una vez que comprendan a qué se exponen, hay que hacer valer dichas normas. No se les hace ningún favor si siempre se les advierte del castigo y luego nunca se aplica. Claro, los padres bondadosos tal vez decidan no aplicar el castigo en público o cuando el joven está con sus compañeros, pues no quieren avergonzarlo. Ahora bien, los hijos tienen que saber que cuando los padres les dicen "sí", quieren decir que sí, y cuando les dicen "no", quieren decir que no, y esto incluye las advertencias de que serán castigados. Entender este hecho contribuirá a que se sientan más seguros y a que respeten y quieran más a sus padres (Mat. 5:37). Obviamente, los padres bondadosos adaptarán a las necesidades de cada hijo el castigo y la forma de administrarlo. w07 1/9 1:12, 13
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