Lunes 16 de marzo
Como flechas en la mano de un hombre poderoso, así son los hijos de la juventud (Sal. 127:4).
El rey Salomón comparó los hijos a "flechas en la mano de un hombre poderoso". Veamos cómo puede aplicarse a los padres esta comparación. El arquero dispone de poco tiempo para dirigir sus flechas, pues si quiere dar en el blanco, debe soltarlas muy rápido. De igual modo, los padres disponen de un tiempo relativamente breve para cultivar en sus hijos amor sincero por Jehová. A sus ojos, los niños crecen en apenas unos cuantos años, y luego se van de casa (Mat. 19:5). ¿Alcanzarán estas "flechas" el objetivo deseado? En otras palabras, ¿continuarán los hijos amando y sirviendo a Dios cuando dejen el hogar? La respuesta dependerá de numerosos factores. Tres de ellos son: la destreza de los padres, el entorno familiar y la reacción de los hijos a la educación que reciban.
No comments:
Post a Comment